
Punto de inflexión para la llegada de los trenes Avril. La flota de alta velocidad encargada por Renfe a Talgo está más cerca que nunca, después de que la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA) haya dado el visto bueno a la unidad de trenes de ancho fijo y haya preautorizado a aquellos que utilizan ancho variable. La decisión de la ERA despeja el calendario para el operador público, que necesita de manera imperante este nuevo material rodante para atender toda la demanda de viajeros y, al mismo tiempo, seguir librando la batalla comercial con Ouigo e Iryo.
Las fuentes consultadas por elEconomista.es indican que esta flota, que llegaría a manos de la compañía pública en diciembre -el pasado mes de mayo se indicó noviembre como fecha objetivo-, permitirá mejorar su estrategia, ya que se utilizará tanto para trenes AVE, la marca principal, como Avlo, la de bajo coste creada para contener a los viajeros que se deciden principalmente por el precio.
Los destinos a los que viajarán estos trenes serán distintos en función de sus características. Los de ancho variable que utilizan rodadura desplazable circularán a corredores que, de momento, no tienen competencia, como Galicia y Asturias. Por contra, los trenes de ancho fijo pueden ir a cualquier corredor (Madrid-Barcelona y Madrid-Levante, por ejemplo), incluyendo Francia, con excepción de algunas ciudades Andalucía, donde se necesita ir equipado con el sistema de señalización LZB.
Aunque la notificación de la ERA suponga un espaldarazo para Talgo y Renfe, que han visto deteriorarse su relación tras los continuos retrasos en el calendario de entregas -todavía se desconoce si la amenaza de solicitar una indemnización al fabricante sigue en pie-, todavía se deben cumplir determinados trámites para que estos trenes estén operativos. Uno de ellos será la formación de maquinistas y otro la circulación en pruebas, para lo que se deberán recorrer miles de kilómetros.
Bálsamo para Renfe
Renfe, por su parte, acoge satisfactoriamente el avance en la entrega. La compañía ha destacado en los últimos meses que cuenta con el mismo número de trenes que tenía hace más de 10 años y, sin embargo, ha tenido que atender con ese mismo material necesidades surgidas de aperturas de nuevas líneas, con la llegada de la alta velocidad a Alicante, Granada, Ourense, Murcia o Burgos, por ejemplo.
La compra de los trenes Avril forma parte de la estrategia de Renfe para la liberalización. La compañía se hizo con el paquete A de capacidad (el de mayor volumen) y lo hizo justificando que contaba con una flota de 96 trenes para realizar los servicios de alta velocidad en las líneas de ancho UIC y, además, había acordado la incorporación de 49 nuevos trenes de alta velocidad, entre ellos 30 Talgo Avril. Los 19 trenes restantes estaban formados a partir de la adaptación de coches de la serie 7, también de Talgo, incluyendo la adquisición de nuevas locomotoras.
Hasta el momento, Renfe ha ido resistiendo en algunos corredores en los que ha recibido la competencia de Ouigo e Iryo a través de campañas promocionales y ofertas de precios bajos. Entre abril y junio, el operador público cedió terreno hasta dejar de tener por primera vez más del 50% de los viajeros en el Madrid-Valencia. Mejor resultado tuvo en Madrid-Alicante, Madrid-Sevilla y Madrid/Málaga-Granada.
En su última comunicación pública al respecto, Talgo informó de que "el proceso de homologación de cualquier tren es por definición complejo, pero en el caso de nuevas tecnologías como las que equipan los Talgo Avril, la homologación supone un reto para todos los actores del proceso".