
Un paso más en la operación de compra de Air Europa. IAG, matriz de Iberia, ha anunciado este martes que ha ejercido su opción de canjear el préstamo no garantizado de 100 millones de euros a siete años que otorgó a Globalia hace unos meses por una participación de un 20% en el capital social de Air Europa. Así lo ha confirmado la compañía a través de un comunicado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la propia compañía hispano británica este mismo martes.
El pasado mes de marzo la matriz de Iberia, IAG, firmó el citado acuerdo después de que en diciembre se rompieran definitivamente las negociaciones para hacerse con el 100% del capital de la aerolínea de los Hidalgo en una sola operación. La suma de estos 100 millones en forma de préstamo y los 75 millones que Iberia pagó en concepto de rescisión del acuerdo previo y para garantizarse la exclusividad de las negociaciones fueron un balón de oxígeno para la aerolínea de los Hidalgo.
Para proceder al desembolso de las cuantías de este préstamo era necesario el visto bueno de la banca acreedora que forma parte de su pool de financiación y de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) que le otorgó el préstamo del fondo de rescate para empresas estratégicas. Las autorizaciones se recibieron a principios de junio y fue el día 15 de ese mismo mes cuando IAG firmó el préstamo no garantizado de 100 millones de euros que ahora le ha permitido entrar en su capital.
Pero este préstamo que ahora se convierte por el 20% de las acciones de la aerolínea, fue apuntado contablemente con un valor menor. En concreto, según las cuentas del grupo a cierre de junio de 2022, el valor razonable de este instrumento -antes de ser convertido- se había reducido hasta los 59 millones.
Sea como fuere, la conversión del préstamo en capital afianza la estructura de la compañía, pero es solo el primer paso para una operación que todavía tiene camino por recorrer si, como han señalado desde Iberia en múltiples ocasiones, el objetivo es hacerse con la totalidad del capital durante los próximos meses. Y todo ello con una gran piedra en el camino, la milmillonaria deuda que la aerolínea ha acumulado desde que en marzo de 2020 el Covid-19 estallase y se llevase por delante cualquier previsión del sector.
1.000 millones de deuda
Las últimas cifras de la aerolínea de los Hidalgo, a cierre del ejercicio 2021, muestran una deuda de 992 millones de euros y unas pérdidas de 304,36 millones. A esta cifra hay que sumar a los 427,7 millones de números rojos con los que finalizó 2020, el peor año del Covid.
Esto lleva a un patrimonio neto negativo por importe de 659,8 millones. Además, sus pasivos corrientes superan a sus activos corrientes en 166,737 millones como consecuencia de la paralización de actividad que causó la pandemia, a pesar de que se ha ido recuperando gradualmente durante el ejercicio 2021.
Al mismo tiempo, la caja de Air Europa se ha reforzado, pasando de 12,5 millones de euros en 2020 a 97,3 millones a cierre de 2021.
En esta situación, Air Europa renegoció el crédito de 141 millones de euros con su pool bancario y que le avaló el Instituto de Crédito Oficial (ICO) durante los peores momentos del Covid-19. La compañía de la familia Hidalgo ha conseguido que las entidades extiendan el vencimiento desde el año 2025 hasta 2028.
Pese a ello, los datos del informe fechado a cierre de 2021 muestran que de los 992 millones de euros de deuda que acumulaba a esa fecha, 348 tienen como fecha de vencimiento este mismo ejercicio, el 2022. De esta cantidad, 250 millones se corresponden con proveedores -41 millones más que a cierre del año anterior-.
Según el citado informe, durante 2021, la sociedad consiguió acuerdos con proveedores, principalmente con los arrendadores de aeronaves, para el aplazamiento de pagos de determinadas deudas, además de un proceso de renegociación de condiciones con los mismos que seguía en marcha al cierre del ejercicio.
Ya en 2023, y según las citadas cuentas, Air Europa deberá hacer frente al pago de 67,8 millones de euros de deuda, entre los que se encuentra la primera parte de la devolución del principal de los créditos bancarios conseguidos durante los peores momentos de la pandemia y cuyo periodo de carencia ya habrá finalizado. Sin embargo, el grueso de la deuda debe ser pagada a partir de 2025. En concreto, la ayuda de 475 millones de euros que, a través de dos préstamos, le facilitó el fondo de rescate de empresas estratégicas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) tiene marcado el año 2026 como fecha de vencimiento.