
Sapa negocia una alianza estratégica con General Dynamics en Estados Unidos en plena batalla del gigante norteamericano con Indra, compañía en la que tiene el 7,94% del capital. La empresa vasca, que ha rechazado este miércoles en el consejo de administración el plan estratégico de la tecnológica y su proyecto de fusión con Escribano, busca un acuerdo con el gigante estadounidense para producir las transimisiciones de los vehículos blindados que General Dynamics está fabricando para el Ejército estadounidense. Indra se ha enfrentado recientemente a esta multinacional ante su rechazo a venderle su filial española Santa Bárbara.
El acercamiento de Sapa en este momento ha provocado por ello un fuerte malestar en el seno de la empresa que preside Ángel Escribano, según ha podido saber este periódico.Con un centro de ingeniería y producción en Shelby (Michigan), lo que Sapa busca es participar en contratos para la fabricación de blindados por un importe total de 30.000 millones de dólares (unos 28.600 millones de euros), tal y como adelantó elEconomista.es el pasado 4 de marzo.
Uno de los proyectos estrella es el vehículo de combate de infantería mecanizado XM30, conocido como el MICV por sus siglas en inglés (Mechanized Infantry Combat Vehicle), un programa con el que EEUU quiere reemplazar al vehículo de combate de infantería M2 Bradley.
La norteamericana General Dynamics Land Systems (GDLS) es uno de los principales fabricantes para el Ejército estadounidense, habiéndose encargado, entre otros, de la producción del tanque M1 Abrams, los vehículos Stryker y los LAV. Y en la misma línea están desarrollando la serie Griffin de blindados de combate, además de combate de orugas y ruedas y sistemas de armas y municiones.
En la reunión del consejo de administración de Indra, el CEO de Sapa, Jokin Aperribay, consejero dominical de la tecnológica, ha rechazado tanto el plan estratégico como el proyecto de fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) por entender que hay un conflicto de intereses, puesto que el presidente de Indra es dueño además junto a su hermano de ésta última empresa.
Para Sapa uno de los problemas de esta operación es que si sale adelante y no acude a la ampliación de capital prevista para llevarla a cabo su participación se reduciría por debajo del umbral del 5% y perdería, por lo tanto, su representación en el consejo de administración. Indra tiene garantizado en cualquier caso el apoyo de prácticamente el 50% del capital para sacar adelante la fusión y crear un gigante español de la defensa.
La tecnológica española, que ha encargado un estudio sobre la viabilidad del proyecto a KPMG, tiene el respaldo, además de Escribano, propietario de un 14,3% del capital, de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que suma el 28% del accionariado, así como del presidente del Grupo Prisa, Joseph Oughourlian, que aglutina otro 7,24% a través de su fondo Amber Capital. Todos ellos han mostrado su apoyo total a la integración entre Indra y Escribano, según ha podido confirmar este periódico en distintas fuentes, con lo que la operación saldsría adelante al sumar, como mínimo, el 49,54% de las acciones.
En las últimas semanas, Escribano ha destituido a varios directivos de Indra a los que consideraba próximos a Sapa: Sebastián Laiseca, hasta la fecha director del futuro Programa de Combate Aéreo (FCAS, por las siglas en inglés), uno de los proyecto más ambiciosos del Gobierno de España, y Pedro Fuster, director de Estrategia. Otro de ellos, Miguel Ángel Morell, anterior director de Tecnología y miembro del comité de dirección, decidió de forma voluntaria el pasado mes de febrero abandonar la empresa, siendo sustituido por Manuel Escalante García, que ha ocupado distintos puestos de responsabilidad.