
Los 5.000 millones de euros que pagará Zegona a Vodafone para hacerse con el 100% de su filial española implican unas minusvalías millonarias para el grupo de telecomunicaciones británico, que aún no ha cuantificado. No en vano, en su desarrollo en el mercado español, el operador rojo ha desembolsado por la vía de adquisiciones y en el crecimiento de sus infraestructuras y diferentes negocios más de 40.000 millones de euros desde su desembarco hace 24 años.
Vodafone entró en España en 1999 cuando adquirió Airtouch, lo que le proporcionó una participación del 21% en Airtel, empresa que había conseguido licencia de telefonía móvil en 1994, y el acceso a más de cinco millones de clientes. Entre finales de 1999 y 2000 compró a varios accionistas sus participaciones para alcanzar el 74%, valorando entonces el 100% de la compañía en unos 24.000 millones de euros. En 2001 amplió su posición al 91,6% tras tomar el 17,8% de British Telecom (BT) España por 1.766 millones y con posterioridad alcanzó el 100%.
Vodafone utilizó en las distintas operaciones tanto efectivo como canje de acciones propias, de manera que el precio que pagó para tomar el control de Airtel se aproximaría a los 20.000 millones.
En 2007, Vodafone compró Tele2 en España e Italia por 775 millones y en 2014 tomó el control del operador de cable español ONO por 7.200 millones de euros -deuda incluida-.
Vodafone España celebró su 25 aniversario en 2020 (contabilizando el inicio de las operaciones de Airtel en 1995). En esas dos décadas y media, la compañía, según reveló, había acometido inversiones en España por un importe de 38.000 millones de euros y había contribuido de manera directa a la economía española, de acuerdo con sus cálculos, con más de 40.000 millones de euros. Estas cifras, tres años, después se han incrementado.