La empresa de lanzamiento de satélites Virgin Orbit va a suspender hasta nuevo aviso sus operaciones. No tiene financiación para continuar su negocio, por lo que va a despedir a casi toda su plantilla, como ha informado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (la SEC). Este viernes, la firma se desploma en bolsa y en el último año ha perdido prácticamente todo su valor.
Virgin Orbit va a echar a cerca de 675 empleados, el 85% del total, según detalla la propia firma, que espera completar las salidas el próximo lunes. Los despidos van a afectar a todos los departamentos, como es lógico pensar por el elevado porcentaje de ceses. La firma, del multimillonario británico Richard Branson, ha emitido una nota convertible en acciones a Virgin Investments Limited, del mismo magnate, para poder pagar los finiquitos a la plantilla. Los gastos asociados a este proceso ascienden a los 15 millones de dólares, una cantidad que no tiene y que ha tenido que financiar.
Este viernes, la firma se desploma más de un 40% en bolsa y sus acciones valen menos de 20 centavos. En el último año, la compañía ha perdido el 97% de su valor en el parqué. Su trayectoria en bolsa está siendo trágica, ya que la compañía se estrenó en el mercado hace menos de dos años.
Virgin Orbit es una compañía de crecimiento y los últimos meses han sido muy complicados para este tipo de proyectos, que se basan en sus expectativas futuras. El ciclo de restricción monetaria en el que se encuentra la economía ha pesado (y mucho) sobre este tipo de compañías. Asimismo, cuando se reduce el crédito, también sufren las empresas de mayor riesgo. Según los últimos resultados de la firma, del tercer trimestre de 2022, sus ingresos fueron de 31.000 dólares y, sus pérdidas, de 43.600 dólares. De hecho, nunca ha logrado ser rentable, entrar en beneficios.
El mes pasado, en febrero, la última misión de Virgin Orbit fracasó. La compañía iba a poner en órbita varios satélites de comunicaciones de sus clientes. Los lanzamientos de la firma se hacen mediante cohetes que van incorporados al ala de un avión, es decir, son propulsiones horizontales, a diferencia de lo que hacen competidoras como SpaceX o Blue Origin. En todo caso, la operación falló cuando el cohete volaba solo, en la segunda fase. Fue la segunda misión fracasada en Reino Unido, ya que la empresa sí había logrado 'colocar' satélites en otros proyectos en Estados Unidos.
Este fracaso, como se evidencia ahora, también ha pesado en Virgin Orbit. La empresa de Branson compite con las de Elon Musk y Jeff Bezos. SpaceX y Blue Origin ponen en órbita satélites de telecomunicaciones, en su caso, con lanzamientos verticales desde el suelo y naves de propulsión, pero no aviones, como el Boeing 747 de la primera.