
JD.com es la segunda compañía de venta online de China, solo por detrás de Alibaba. Sus ventas anuales ascienden a 55.689 millones de dólares, emplea de forma directa a más de 150.000 personas y cotiza en el Nasdaq 100. Entre su accionariado se encuentran Alphabet, Walmart o Tencent. Su crecimiento la llevó a prácticamente equipararse a Baidu en capitalización bursátil en 60.000 millones de dólares en junio. Los datos parecen suficientes para asegurarse de que la compañía no sufra grandes variaciones en su valor bursátil. Y, sin embargo, se ha dejado un 27,5% en poco más de un mes.
Así, el 1 de agosto cerraba la sesión bursátil en los 36,28 dólares por acción, y el pasado miércoles marcó mínimos del año en los 26,30 dólares al cierre, con un mínimo intradía de 26 dólares por título. Se trata de sus peores cifras desde enero de 2017.
¿Pero cómo ha llegado hasta aquí en tan poco tiempo?
Por una parte, la empresa se ha movido entre los números rojos y los negros en los últimos meses, con pérdidas netas en el segundo trimestre del año que ascienden a 334.4 millones de dólares. Estos resultados, presentados a mediados de agosto, doblaron las pérdidas previstas por los analistas. Además, se reflejaron menores ventas a pesar de una inversión creciente.
Por otra parte, la guerra comercial entre EEUU y China no es el mejor caldo de cultivo para una compañía de venta online. De hecho, Alibaba ha caído más de un 8% en el mismo periodo. El 23 de agosto entraron en vigor la última tanda de aranceles aprobada hasta la fecha y que, pese a las constantes amenazas de Trump, se han limitado a 50.000 millones de dólares.
Finalmente, el fundador y CEO de la compañía, Liu Qiangdong, fue arrestado el pasado 31 de agosto en Minnesota por una presunta violación a una estudiante, aunque no se le ha imputado ningún delito por el momento. Pese a que fue liberado en menos de 24 horas, Liu hizo uso de su derecho a abandonar el país y viajó a Pekín, donde tiene su base JD.com.
Esto genera un problema para la gobernabilidad de la compañía, ya que según las normas internas de la empresa, la junta no puede reunirse sin que esté presente Liu o él apruebe la reunión en su ausencia. Ni siquiera una detención podría ser excepción para esta paralización de la celebración de las juntas, aunque sí lo haría su incapacidad física o mental. Además, Liu cuenta con el 79,5% de poder de voto dentro de la junta. Esta centralización de las decisiones de la empresa facilita también que la detención de Liu haya sido castigada fuertemente por los inversores, haciendo que JD.com cayera un 16% en apenas dos días en lo que supuso su peor par de jornadas bursátiles de su historia.
Esta suma de circunstancias ha hundido a la empresa en este 2018. En el cómputo anual, la empresa se deja un 35% en bolsa, cuando en 2017 superó un crecimiento bursátil del 70%. Y pese a que cotiza por debajo de los 30 dólares y el precio medio objetivo de los analistas de FactSet asciende a 40,88 dólares, las recomendaciones de 'compra' que antes emitían los expertos se inclinan cada vez más hacia el consejo de 'mantener', aunque siguen prevaleciendo las primeras (19 frente a 13).