
Bill Gates, fundador de Microsoft y primer ejecutivo del gigante del software durante 33 años, ha decidido dar un paso lateral y reducir a la mínima expresión su presencia en la compañía estadounidense. Eso incluye salir del consejo y borrarse de cualquier vinculación formal con la empresa propietaria de Windows, incluida la asesoría tecnológica. También cierra la puerta al consejo de Berkshire Hathaway. Son cuatro las razones que le animan a salir de Microsoff: Contribuir en la protección de la salud mundial, la educación, el desarrollo global y luchar contra el cambio climático.
A partir de ahora, el magnate prevé dedicar el resto de su vida a la filantropía, en concreto, a la fundación Bill & Melinda Gates que comparte con su esposa, Melinda Gates. El nuevo reto consiste en combatir los problemas de la salud mundial. Si hasta el momento era la poliomielitis su primer objetivo, ahora lo será la búsqueda de la vacuna contra el coronavirus, para lo que ya ha dedicado 100 millones de dólares. Porque el dinero nunca ha sido problema. De hecho, Gates es la segunda persona más rica del mundo, con 96.500 millones de dólares, según el listado de la revista Forbes actualizado en tiempo real, sólo superado por Jeff Bezos (131.000 millones de dólares). En la actualidad, Gates atesora el 1,36% del capital de Microsoft, lo que le convierte en uno de los mayores accionistas y le proporciona una riqueza suficiente para llevar a cabo casi todo lo que se proponga.
Gracias a la tenaz insistencia de sus más directos colaboradores en Microsoft, Gates ha admitido dedicar una parte de su actividad intelectual a la asesoría del presidente, su amigo Satya Nadella.
De alguna forma, Gates cumple ahora el sueño que viene persiguiendo desde que en 2008 abandonó las funciones ejecutivas que creó en 1980 en un garaje en 1975, junto con Paul Allen, su compañero del colegio en Seattle. El amor común por los ordenadores y por crear lenguajes capaces que hicieran funcionar a las máquinas se materializó en Microsoft, una de las firmas más directamente responsables del éxito y prosperidad de la sociedad de la información de nuestros días.
En un mensaje difundido a través de su cuenta en LinkedIn, Gates explicó que "tomé la decisión de renunciar a las dos juntas para dedicar más tiempo a las prioridades filantrópicas, incluida la salud y el desarrollo global, la educación y mi creciente compromiso para abordar el cambio climático". "El liderazgo en las empresas de Berkshire y Microsoft nunca ha sido más fuerte, por lo que es el momento adecuado para dar este paso", añadió.
"Con respecto a Microsoft, renunciar a la junta de ninguna manera significa alejarse de la compañía", dijo Gates. "Microsoft siempre será una parte importante del trabajo de mi vida y continuaré comprometido con Satya [Nadella, actual consejero delegado] y el liderazgo técnico para ayudar a dar forma a la visión y alcanzar los ambiciosos objetivos de la empresa. Me siento más optimista que nunca sobre el progreso que está haciendo la compañía y cómo puede continuar beneficiando al mundo ", continuó.
Mantiene el 1,3% del capital de Microsoft, lo que le sitúa como segunda mayor fortuna del mundo
Por su parte, Nadella compartió ayer con todo el mundo un breve comunicado donde destacaba "el tremendo honor y privilegio que supone haber trabajado y aprendido de Bill a lo largo de los años", así como su voluntad de "seguir trabajando junto a él para llevar a cabo nuestra misión de capacitar a cada persona y cada organización del planeta para lograr más".
Tras la salida de Gates del consejo de Microsoft, el órgano de gobierno de la cuarta empresa más valiosa del mundo -tras Amazon, Apple y Google- queda configurado con los siguientes directivos: John W. Thompson, presidente independiente de Microsoft; Reid Hoffman, socio de Greylock Partners; Hugh Johnston, vicepresidente y director financiero de PepsiCo; Teri L. List-Stoll, vicepresidenta ejecutiva y directora financiera de Gap.; Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft; Sandra E. Peterson, socia operativa de Clayton, Dubilier & Rice; Penny Pritzker, fundadora y presidenta de PSP Partners; Charles W. Scharf, director ejecutivo y presidente de Wells Fargo & Co.; Arne Sorenson, presidente y director ejecutivo de Marriott International; John W. Stanton, presidente de Trilogy Equity Partners; Emma Walmsley, directora ejecutiva de GlaxoSmithKline plc (GSK); y Padmasree Warrior, fundadora, directora ejecutiva y presidenta de Fable Group.