
Boda inminente a la vista. Los que parecían rivales irreconciliables se han convertido en la pareja del año. Samsung y Apple prevén 'casarse' antes de un mes, al menos en el negocio de los televisores. Según explican fuentes del fabricante surcoreano, la marca asiática alcanzará la primera semana de marzo la plena compatibilidad con iTunes Movies y TV Shows, sin necesidad de disponer del dispositivo Apple TV.
Gracias a este acuerdo de alcance global, que será exclusivo del fabricante surcoreano hasta finales del verano, Samsung y Apple integrarán hardware y contenido en las televisiones durante la décima semana del año, lo que viene a ser el próximo 4 de marzo. Según explica la compañía asiática, la oferta audiovisual de Apple llegará directamente a los televisores 'Smart TV' de Samsung fabricados a partir de 2010 en más de un centenar de países, sin trastos ni cables por medio, gracias a la magia de una orden informática (una actualización del 'firmware'). Asimismo, el servicio 'Airplay 2' de Apple se reservará para a los televisores de la misma marca de la generación de 2019, con una fecha que aún está por precisar.
Además de la alianza estratégica entre Apple y Samsung, la multinacional de Seul pretende remarcar las diferencias entre los televisores con Inteligencia Artificial (IA) y los que se proclaman 'inteligentes' sólo por realizar funciones propias de los asistentes de voz. En este escenario, Samsung reivindica su habilidad para mejorar la calidad de la imagen a golpe de algoritmo. "Los nuevos televisores de Samsung son capaces de aprender con el uso e incrementar su nitidez según va enriqueciéndose el banco de imágenes al que están conectados todos los receptores de televisión", explica Nacho Monge, responsable de Marketing de TV y AV de Samsung España. En su opinión, que un televisor obedezca a órdenes orales (comandos) como "sube el volumen o cambia de canal, no es propio de la IA, sino de un simple asistente de voz". De esa forma, "la auténtica Inteligencia Artificial -añade Monge- se encuentra en los televisores Qled de 4 y 8 K, tecnología que permite ofrecer una calidad de imagen soberbia".
En un encuentro con la prensa especializada en Oporto, con motivo del Samsung Euroforum que este año acoge la ciudad portuguesa, Monge ha recalcado que su compañía es "líder de ventas de TV en España por escasa ventaja, pese a perder cuota de mercado tras abandonar segmentos inferiores a las 32 pulgadas, que representan el 25% de las ventas actuales, pero que ofrecen una escasa rentabilidad". A partir de ahora, la estrategia de Samsung España se concentrará en los segmentos de mayor valor, es decir, en equipos UHD, donde el fabricante de equipos Qled ya atesora casi la mitad del negocio en España. El mismo directivo también ha indicado que "el mercado español de 4K crece cada año a ritmos del 100%, lo que supuso un negocio de cien millones de euros en 2018". Al mismo tiempo, Monge ha anticipado una rebaja progresiva de los precios de los televisores de grandes tamaños, para así ofrecer equipos de de 75 pulgadas por 1.200 o 1.300 euros.
Samsung destaca la interoperabilidad de los televisores de su compañía con los asistentes de Alexa, Google Assistant y Bixby
Con vistas al futuro, Monge ha incidido en la relevancia de la tecnología MicroLed, capaz de emitir luz de forma autónoma, lo que resulta extraordinariamente eficaz para proyectar un gran volumen de color y luminosidad de 4.000 o 5.000 nits, siempre muy eficiente desde el punto de vista energético. "Esta innovación permite a los televisores Samsung ofrecer más puntos de luz que píxeles", ha explicado.
En el mismo encuentro con la prensa, Monge también ha llamado la atención sobre la interoperabilidad de los televisores de su compañía con los asistentes de Alexa, Google Assistant y Bixby. Junto a lo anterior, el responsable de marketing de televisores de Samsung España ha destacado las mejoras en el denominado 'ángulo de visión', cualidad especialmente valorada en las pantallas de gran tamaño ya que permiten ofrecer una experiencia de imagen óptima sin necesidad de que el telespectador se sitúe justo enfrente del 'display'.