Este viernes llega a las tiendas el iPhone XR, un teléfono que quedó eclipsado en la presentación de septiembre por los iPhone XS y XS Max pero que será mucho más atractivo para el gran público.
El iPhone XR cuesta 859 euros para la versión de 64 GB, 300 euros menos que el iPhone XS de la misma capacidad de almacenamiento. Sin embargo, su precio le sigue situando en la gama alta, por ello se comporta y se siente como tal.
Aunque no cuenta con una pantalla OLED ni una doble cámara trasera, sólo los usuarios más avanzados notarán su ausencia. El iPhone XR monta un panel LCD de 6,1 pulgadas con la nueva tecnología Liquid Retina, lo que hace que la resolución sea superior al de otros paneles LCD del mercado. Para aprovechar el frontal de la pantalla, el teléfono cuenta con el sistema de reconocimiento facial Face ID, que ahora es más rápido y preciso que lo que era en la generación anterior.
Con respecto a la cámara, el XR monta la misma cámara gran angular que el iPhone XS, aunque carece de la segunda lente objetivo que tienen los modelos superiores. Por su parte, en la parte frontal monta la cámara TrueDepth de 7 megapíxeles, la misma que sus hermanos mayores.
La limitación de contar con una única cámara principal no es óbice para tomar fotografías en modo retrato, un reto que consigue gracias a equipar el poderoso chip A12 Bionic que también monta la familia XS.
El chip de siete nanómetros permite al colorido smartphone no sólo tener la misma fluida experiencia que sus hermanos mayores sino también aplicar la inteligencia artificial y el machine learning en mejorar las fotografías, incluso desenfocando el fondo de las tomas en modo retrato.
Llamativos colores, el gancho para terminar de conquistar el mercado
Otro de los grandes atractivos del iPhone XR es su diseño. Llega al mercado en seis coloridas terminaciones (negro, blanco, rojo, amarillo, azul y coral) un reclamo que como sucedió con el iPhone 5C puede ser un factor de compra decisivo.
El iPhone XR dispone de una trasera de vidrio más resistente que la del iPhone X, explica Apple. Se diferencia de los XS en que los laterales cuenta con aluminio de alta calidad, en lugar del acero de la categoría superior.
Apple también ha reforzado la resistencia del cristal delantero, que está hecho con una formulación de vidrio que mejora la durabilidad y resistencia al rayado. Asimismo dispone de certificación IP67 que permite sumergirlo hasta 1 metro durante 30 minutos.