El consejero delegado de Tesla, Elon Musk, ha encontrado tiempo mientras inventaba el hyperloop (un tren magnético de vacío), el coche eléctrico para ricos (Tesla) y el cohete espacial para ir a Marte (Falcon X), para inventar un nuevo producto de esos que, dinero no dan, pero le encantan a los inversores: un bus público ultrasecreto y, por supuesto, robotizado.
"Tenemos una idea para algo que no es exactamente un bus pero que solucionará el problema de la densidad en el centro de las ciudades. Los vehículos autónomos son la clave", ha dejado caer el mutiemprendedor en una conferencia de transporte celebrada esta semana en Noruega. ¿Que de qué va el proyecto?
Pues es secreto, y si nos lo contase, tendría que matarnos: "No quiero hablar mucho de ello. Tengo que tener cuidado con lo que digo".
En realidad, detrás de tanto misticismo parece estar una flotilla de furgonetas de tracción eléctrica y -ahí tampoco hay algo nuevo- con conducción autónoma, como ya ocurre con sus coches eléctricos.
Musk parece haber descubierto también el transporte bajo demanda, en funcionamiento en numerosas zonas rurales de España, y en el que desaparecen las paradas de autobús y son los usuarios los que avisan al sistema de que -sólo cuando lo necesitan- el vehículo debe acercarse hasta su posición.
"Hay un nuevo tipo de coche, o de vehículo, que sería genial para eso y que de hecho lleva a la gente hasta su destino final, y no sólo hasta la parada del bus", explica a regañadientes.
De momento, esto es lo único que sabemos por boca del carismático emprendedor. El mercado especula, por su parte, con que Tesla quiere lanzar su propio servicio ride sharing a lo Uber, usando los coches (o furgonetas) que fabrica, equipándolos con robots de conducción autónoma, y echarlos a la calle a cargar y descargar pasajeros. Eureka.
