
El océano, como el espacio, son superficies desconocidas casi en su totalidad para los humanos y es que son tan grandes que por muchos años de investigación todavía se conoce muy poco de ellos.
Aunque es cierto que el rápido y constante desarrollo de la tecnología nos está ayudando a cambiar esto poco a poco, debido a que cada vez contamos con más herramientas que son cruciales para nuevos descubrimientos y análisis que nos ayudan a comprender lo más profundo del planeta.
Ahora, un nuevo descubrimiento publicado en la revista Marine Geology liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona y la Universidad de Cork, podría redibujar el mapa del fondo marino de la Antártida, con el potencial de revelar y alterar la forma en que los investigadores modelan el aumento del nivel del mar, la circulación oceánica y el pasado del continente.
Esto es porque han identificado 322 cañones submarinos sin cartografiar que se esconden bajo el margen antártico, cinco veces más de los registrados hasta ahora.
Esta red de cañones abre una nueva ventana a la forma en que las capas de hielo y la dinámica de los océanos profundos han configurado el entorno polar a lo largo de millones de años, y cómo siguen influyendo en los sistemas climáticos mundiales en la actualidad.
Utilizando datos batimétricos de alta resolución recogidos en más de 40 expediciones internacionales, los investigadores han podido diseñar lo que supone el primer mapa de la red de cañones submarinos de la Antártida. Esto había sido imposible hasta ahora, debido a las complicaciones de obtener datos batimétricos bajo grandes plataformas de hielo en zonas remotas.
Hay que tener en cuenta que alguno de estos cañones están a profundidades que alcanzan los cuatro kilómetros, y este descubrimiento ayudar a los científicos a "reconstruir la historia del flujo de hielo" y perfeccionar los modelos utilizados para predecir cómo pueden responder estos al calentamiento global.
Cómo afecta esta red de cañones al océano
Este hallazgo no solo tiene un interés geológico, sino que juegan un papel crucial en cómo se mueven y mezclan las aguas de la Antártida. Estos cañones actúan como conductores de agua salada que en consecuencia rige la circulación termohalina mundial, que a su vez regula las temperaturas y la distribución de nutrientes en los océanos del planeta.
Aunque también va en la otra dirección, y el agua caliente llega por estos cañones llegando bajo las plataformas de hielo y acelerando el deshielo desde abajo.