
La Administración Trump está explorando la opción de endurecer el veto a la venta de chips fabricados por Nvidia hacia China, después de que la start-up china DeepSeek estrenara un modelo de lenguaje capaz de rivalizar con ChatGPT, desarrollado con procesadores menos actualizados y de forma más barata. Las discusiones en Washington se desarrollan alrededor de posibles restricciones sobre los chips H20 de Nvidia.
Sin embargo, la Casa Blanca no moverá sus fichas todavía, ya que el equipo de Trump todavía está aterrizando. En este sentido, y aunque el magnate no ha empleado todavía el mismo tono vehemente en relación a las sanciones sobre China, la pulsión arancelaria del republicano, así como la hoja de ruta seguida por Washington en la guerra comercial con el gigante asiático, auguran un reforzamiento de las restricciones sobre la exportación de chips hacia China.
Así, Howard Lutnick, el candidato del millonario para la Secretaría de Comercio, ha señalado este miércoles que se mostrará "muy fuerte" en relación con las restricciones a los semiconductores. Por su parte, un portavoz de Nvidia ha señalado que la compañía "está lista para trabajar con la administración mientras busca su propia manera de abordar la IA".
Este movimiento indicaría que Washington no sale de una senda que, visto lo visto, no está saliendo como la Casa Blanca esperaba. El advenimiento de DeepSeek, considerada como un ChatGPT lowcost, revela que las restricciones de EEUU al acceso chino de tecnología clave para la fabricación de chips avanzados ha impulsado, precisamente, la producción de potentes semiconductores. Así, el gobierno de Xi Jinping ha creado las condiciones para hacer virtud de la necesidad, impulsando la manufactura local de vigorosos procesadores. El uso de estos chips, conjuntamente con semiconductores menos potentes fabricados por compañías como Nvidia, ha permitido a DeepSeek desarrollar su modelo de lenguaje.
Por otro lado, no es la primera vez que Pekín elude las restricciones estadounidenses. En 2023, Hauwei presentó el teléfono Mate 60, un dispositivo que contenía en sus tripas un chip que, teóricamente, ninguna empresa china era capaz de desarrollar. Se trataba del Kirin 9000s, un procesador de siete nanómetros desarrollados por la firma SMIC, y que recibió el criptónimo de 'Charlotte' durante su desarrollo para mantener en secreto su fabricación.