Tecnología

OpenAI lanza por fin Sora: su IA de vídeos llega con un precio que te hará pensártelo

  • Los usuarios de ChatGPT Plus podrán crear vídeos de 5 segundos, pero si queremos extender ese metraje habrá que contratar un plan superior
  • El coste de la generación de imágenes con IA dispara los gastos y todavía no estará disponible en Europa

Cuando en febrero OpenAI presentó Sora, su nueva inteligencia artificial capaz de crear vídeos, muchos pensaron: "ya ha llegado". Hasta entonces el vídeo parecía una de las últimas fronteras de la IA generativa y las espectaculares imágenes daban que pensar. Ahora por fin podremos ver en primera persona de qué es capaz, y puede que nos sintamos algo defraudados. Además de que en Europa, tendremos que esperar un poco más.

OpenAI está desplegando ya Sora en 155 países entre los que no están los que forman parte de la UE, como siempre pendientes de cautelas especiales en el campo de la inteligencia artificial.

Sora incluye funcionalidades innovadoras como generación de video a partir de texto, animación de imágenes y mezcla de escenas. Sora ofrece diferentes niveles de acceso dependiendo de la suscripción: desde vídeos básicos para suscriptores de ChatGPT Plus hasta vídeos sin marcas de agua y de mayor resolución para suscriptores de ChatGPT Pro, un plan recién lanzado que cuesta 200 dólares al mes.

Poder hacer vídeos de 20 segundos con IA costará 200 euros al mes

OpenAI ha implementado mecanismos de moderación para evitar usos indebidos. Con ello podremos empezar a responder a la gran pregunta: ¿Qué impacto tendrá esta herramienta en la industria creativa y en los usuarios comunes? Y, lo más importante, ¿estamos preparados para una tecnología que combina creatividad e inteligencia artificial de manera tan accesible?

La inteligencia artificial aplicada al video no es nueva, pero Sora se desmarca por su accesibilidad y capacidad técnica. A través de simples descripciones en texto, los usuarios pueden generar videos cortos con calidad profesional. Desde creadores de contenido hasta grandes empresas, las aplicaciones son múltiples.

Entre sus funciones principales destacan:

  • Generación de video desde texto: Introduce un texto descriptivo, y Sora crea un video que lo representa.
  • Animación de imágenes: Convierte fotos en piezas dinámicas, ideal para presentaciones o campañas publicitarias.
  • Remix y blending: Una herramienta poderosa para reimaginar y personalizar videos ya existentes.

Los modelos de pago con los que nace

Sora opera bajo un esquema de suscripción. ChatGPT Plus ofrece acceso inicial con resoluciones y duraciones limitadas de apenas 5 segundos, mientras que ChatGPT Pro amplía las posibilidades con vídeos de mayor calidad y sin marcas de agua hasta los 20 segundos. Aunque estas restricciones generan opiniones divididas, permiten a OpenAI gestionar el uso responsable del modelo.

Además, los videos generados incluyen marcas de agua y metadatos para garantizar la transparencia, una medida importante para combatir la desinformación y proteger derechos de autor.

Desafíos éticos y de moderación

Como cualquier innovación tecnológica, Sora enfrenta retos. El uso indebido de la IA para crear contenido explícito, violento o manipulado es una preocupación constante. OpenAI asegura estar implementando estrictos sistemas de moderación, aunque admite que su eficacia inicial puede no ser perfecta.

Rohan Sahai, líder del proyecto, destacó durante la presentación la necesidad de equilibrar la creatividad con el control. Este dilema subraya la responsabilidad de OpenAI como desarrollador y de los usuarios como creadores.

Aunque Europa y Reino Unido deberán esperar para probar Sora, su lanzamiento global marca un hito en la integración de IA en el contenido audiovisual. Con herramientas como la función "storyboards", que permite secuenciar prompts para crear narrativas completas, o el feed de exploración que muestra el trabajo de otros usuarios, Sora se posiciona como un recurso para democratizar el acceso al video.

El potencial de esta tecnología para transformar industrias como la educación, el marketing y el entretenimiento es indiscutible. Sin embargo, su verdadero impacto dependerá de cómo sea adoptada y regulada.

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