
Las grandes tecnológicas ('big tech'), comparten sentimientos contrapuestos tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Por un lado, los Google, Amazon, Microsoft y Apple celebran la llegada del candidato republicano a la Casa Blanca por la menor presión normativa contra los campeones nacionales y por ventajas de estas compañías en el mercado doméstico. También, todas las empresas del país muestran cierto alivio al haberse descartado la crisis interna que hubiera provocado una eventual victoria de Kamala Harris, con más que probables impugnaciones a los resultados de las urnas. Nada de eso ha ocurrido, como lo evidenció la revalorización de las firmas del Nasdaq nada más conocer que Trump volvería a la residencia que abandonó hace cuatro años.
Desde la confirmación del éxito de Trump, los gigantes de Internet temen que la política arancelaria prometida en la campaña electoral les cierre las puertas no sólo de China sino de otros grandes países de ese entorno. Las represalias por parte del mayor mercado chino a todo lo que lleve el sello 'Made in USA' forman parte del nuevo horizonte con el que convivirán las empresas estadounidenses. "Donde las dan, las toman", podrían argumentar las autoridades chinas en cuanto se confirme la apertura de las hostilidades comerciales.
Pero no todas las tecnológicas parten de la misma línea de salida ante los próximos cuatro años que les espera. En un lado de la balanza destaca Tesla, automovilística de Elon Musk que se frota las manos fruto de la entusiasta implicación personal y empresarial del magnate en la campaña de Trump. De hecho, la firma registró con subidas en bolsa de hasta el 39%, con repuntes que lograron resistir la posterior recogida de beneficios. En el platillo contrario, se encuentran Google y Meta, históricamente criticadas por Trump.
José García Montalvo, profesor de economía e investigador de la Universidad Pompeu Fabra, tiene claro que la política de aranceles de Trump estará llena de espinas. En su opinión, no se trata de la política económica más acertada: "En primer lugar, porque generarán inflación en EEUU pudiendo provocar una reversión en la reducción de los tipos de interés. No obstante, parece que Trump quiere controlar también la Reserva Federal y, ante la perspectiva de que no pueda hacerlo directamente, sus analistas ya están valorando alternativas. Por otra parte, la globalización sacó de la pobreza a miles de millones de personas en los países poco desarrollados. Los aranceles revertirán este proceso, lo que, unido a la reducción de los flujos de ayuda hacia estos países, producirá consecuencias no deseadas en los grupos de ciudadanos más pobres de los países poco desarrollados".
Enrique Dans, profesor de IE University, considera que los aranceles propuestos por Trump podrían tener impactos significativos en la innovación tecnológica en Estados Unidos, "empezando por un aumento de los costes y una reducción de la inversión". "El incremento en los precios de componentes y productos tecnológicos debido a los aranceles podría reducir la capacidad de las empresas para financiar su innovación, ya que tendrán que destinar más recursos a cubrir los costes más altos de producción e importación".
Este experto de IE University también llama la atención sobre otra consecuencia: "Se calcula que disminuirán el poder adquisitivo de los consumidores en unos 90.000 millones de dólares anuales, lo que podría reducir la demanda de nuevos productos tecnológicos, y podrían provocar disrupciones en la cadena de suministro". Y advierte de que sectores industriales de futuro, como la industria de vehículos eléctricos, donde China es líder mundial, podría enfrentarse a obstáculos para competir e innovar en el mercado estadounidense. "Y lo mismo podría ocurrir con el sector de energía solar, que podría ver reducida su capacidad de innovación debido al aumento de costos en paneles y componentes", añade.
Enrique Dans: "La euforia inicial del Nasdaq "podría continuar en el corto plazo, pero es probable que se modere con el tiempo"
Enrique Dans también señala que la euforia inicial del Nasdaq "podría continuar en el corto plazo, pero es probable que se modere con el tiempo". "Por un lado, la desregulación, el apoyo a las criptomonedas y el estímulo fiscal podrían ser vistos favorablemente por el mercado. Pero por otro, la política arancelaria y la guerra comercial, la volatilidad del mercado y las tensiones geopolíticas podrían generar inestabilidad que afecte negativamente a los mercados". "La sostenibilidad de esta euforia dependerá de cómo un imprevisible Trump lleve a cabo sus políticas y de cómo afecten al panorama geopolítico global", concluye Dans.
Michael Shrage, profesor e investigador en Economía Digital en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), explica que "cuando tienes un presidente que gana con un lema de campaña 'Make America Great Again' (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande), lo más probable es que veamos un país que promulgue políticas que flexibilicen -en lugar de endurecer- las pautas regulatorias". Y admite también -sin ocultar cierta ironía- que tiene "curiosidad por ver si la nueva Administración -para compensar su ofensiva contra los inmigrantes ilegales y la inmigración- facilita la llegada de los tecnólogos más talentosos de Europa para trabajar, estudiar e innovar en Estados Unidos".
Desde la firma de inversión y análisis Pictet Digital, Stanislas Effront nos recuerda a modo de contexto que "el gasto en tecnología sobre el PIB mundial es del 8% y se prevé aumente al 14% para 2027". Se trata de una tendencia imparable que no podrá frenar ningún país, ni siquiera Estados Unidos. Sin embargo, Trump sí puede 'animar' con sus políticas a Apple fabricar más en Estados Unidos en lugar de China, uno de los factores que elevarían el precio de sus dispositivos.
¿Qué pasará con los procesos antimonopolio?
Aunque la separación de poderes forma parte de los pilares de cualquier democracia, los observadores del mercado estadounidense no descartan fugas de intereses desde el ámbito ejecutivo al judicial. Todo puede ocurrir. en ese sentido, el tecnólogo Enrique Dans, profesor de IE University, considera que la administración Trump podría modificar el enfoque actual sobre regulación antimonopolio, con cambios en la Federal Trade Commission y el Departamento de Justicia. "Los procesos antimonopolio contra empresas como Amazon, Meta o Apple podrían verse afectados o incluso frenados, aunque compañías como Google o Meta podrían enfrentarse a un escrutinio continuo y más intenso debido a la percepción negativa de Trump hacia esas compañías",