
La Comisión Europea ha iniciado una investigacion contra Microsoft por las inversiones millonarias que ha hecho a OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, para evaluar si los acuerdos que se han celebrado entre ambas empresas han tenido un impacto negativo en el mercado digital y de la Inteligencia Artificial (IA).
A pesar de que prácticamente cada día surjan nuevos proyectos de IA, hay poca discusión a la hora de decir que ChatGPT es el chatbot más popular y utilizado del momento. Microsoft que no quería quedarse sin parte del pastel apostó desde el principio por OpenAI, y hace un año anunció el acuerdo multianual entre ambas empresas que suponía la inversión de más de 10.000 millones de dólares para financiar el proyecto liderado por Sam Altman.
Un movimiento muy importante, teniendo en cuenta la situación del mercado digital, cosa que después de un tiempo ha captado la atención de la UE, que ahora pretende indagar más en este acuerdo para asegurarse de que no incumple la normativa y no afecta a la dinámica del mercado.
Para ello, la Comisión Europea ha lanzado dos convocatorias sobre la competencia en los mundos virtuales y la inteligencia artificial generativa (IA), para que expertos y empresas del sector informen a Bruselas de cualquier problema de competencia que puede resultar de este acuerdo entre Microsoft y OpenAI. Las solicitudes se podrán enviar hasta el 11 de marzo y una vez finalice el plazo se estudiarán las demandas para "garantizar que no distorsionen indebidamente el funcionamiento del mercado".
Lo cierto es que esta investigación no es el único frente abierto que tiene esta asociación, ya que las indagaciones de la UE van en línea con la de la Autoridad de la Competencia y los Mercados del Reino Unido (CMA). En este caso la CMA ha estado monitoreando de cerca el impacto de las asociaciones y acuerdos estratégicos que podrían debilitar a su competencia.
Otro hecho fundamental que ha ocurrido en los últimos meses y que ha levantado sospechas sobre la relación entre ambas compañías, fue cuando la junta de OpenAI cesó a Sam Altman (su CEO), Microsoft le fichó para su equipo de IA y después la fundadora de ChatGPT revirtiera la decisión y le devolviesen a su cargo. Al final todo volvió a estar tal y como estaba, pero Microsoft entró en el renovado consejo de la compañía como observador sin voto.
Relacionados
- Santalucía confía en Microsoft para impulsar su transformación digital y su ciberseguridad
- La Inteligencia Artificial de Microsoft llega a sus teclados: así funciona Copilot
- OpenAI sitúa en Irlanda su sede fiscal para el negocio europeo de ChatGPT
- El regulador británico analiza si la asociación entre Microsoft y OpenAI impacta en la competencia