
Las contraseñas son las llaves que permiten abrir y acceder a aplicaciones, dispositivos o distintos tipos de servicios, es por ello que es de vital importancia que sean lo más seguras posibles y para ello se suele requerir que sean complejas y largas. Sin embargo, hay una forma todavía más sencilla y segura que tener una combinación de números, letras y símbolos, varios expertos señalan que tener una frase como tu clave tiene muchísimos beneficios.
Por norma general nuestras contraseñas tienen una longitud de entre 6 y 10 caracteres que combinan letras (mayúsculas y minúsculas), números y símbolos para establecer una clave que sea robusta, pero a su vez fácil de recordar.
El problema es que esto es una tarea complicada, lo que lleva a muchos usuarios a repetir contraseña para diferentes cuentas o aquellos que están más concienciados por la seguridad de sus claves utilizan un gestor de contraseñas.
Esta segunda práctica es siempre recomendable, aunque es cierto que existe una opción para diseñar tu contraseña que a la vez que es fácil de recordar es bastante robusta, y es como señalan desde Kingston, la de crear claves a partir de una frase.
¿Qué ventajas tiene usar frases como contraseñas?
Hoy en día, sobre todo con la necesidad de tener tantos usuarios y cuentas en distintas plataformas es más que común establecer contraseñas que las propias webs o apps te recomiendan, el problema es muchas veces son algo así: Se45!?oP55.
Como es lógico, este tipo de claves son casi imposibles de memorizar (a no ser que te la estudies), no obstante, una frase es más fácil de recordar y tiene el añadido de que es más larga, puedes usar un refrán, una canción o incluso una fórmula matemática para crear tu nueva contraseña.
Otra de las ventajas es que al usar una frase aleatoria, tu clave es mucho más difícil de adivinar para los ciberdelincuentes, sobre todo cuando realizan ataques de fuerza bruta (meter combinaciones aleatorias para intentar dar con una que sirva). Por lo general, los hackers tardan menos de 10 segundos en adivinar claves de 10 caracteres, pero frente a una frase que contiene 64, el ataque se les complica.
Y es que los sistemas operativos son cada vez más permisivos con las claves largas, llegando incluso algunos a permitir alrededor de 127 caracteres, por lo que la próxima vez que tengas que establecer una nueva contraseña, piensa en una frase y protege un poquito más tus cuentas.