
"Vamos o cancelamos". En esta disyuntiva se debaten estos cientos de las 2.800 empresas tecnológicas de todo el mundo, hasta ahora acreditadas para el Mobile World Congress (MWC) que acoge Barcelona entre los próximos 24 al 27 de febrero. Hasta ahora, apenas siete empresas han rehusado a participar en la gran feria del móvil (LG Electronics, Nvidia, Ericsson, Sony, Amazon, NTT DoCoMo y Gigaset), pero los observadores consultados apuntan que la lista de bajas podría ampliarse a toda velocidad en los próximos días.
A grandes rasgos, las decisiones no son irrevocables, tanto de los grupos que ya han reconfirmado su presencia como de la mayoría silenciosa que observa con inquietud las fugas de unos y otros. La puerta siempre está abierta para cambiar de opinión sobre la marcha, en función de los próximos acontecimientos y novedades.
Según ha podido comprobar oficiosamente elEconomista entre diversas fuentes de referencia del sector, las empresas se vigilan unas otras. "Si la espantada fuera de Samsung, Huawei, Telefónica, Orange o Vodafone, la situación podría dar un vuelco en cuestión de horas", apuntan desde la confidencialidad. En ese caso, el efecto en cadena sería difícilmente de contener, pese a los esfuerzos de la ciudad y de la organización por tranquilizar a los futuros asistentes.
En espera de novedades
"Por ahora vamos a acudir al MWC, porque no hay ninguna orden en sentido contrario por parte de la corporación, pero eso no impide que la cosa se ponga más fea y se cambie de opinión en los próximos días", apunta el representante de otra gran empresa tecnológica asidua a la feria barcelonesa. De hecho, a casi dos semanas del estreno, aún existe tiempo para decidir, por lo que muchas empresas prefieren esperar a acontecimientos antes de pronunciarse con rotundidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha dejado claro su apoyo a la celebración de la feria junto con una batería de precauciones. También las autoridades sanitarias españolas, así como la propia organización del evento, la asociación GSMA, cuyos comunicados casi diarios abundan en prohibir el acceso a la feria de los viajeros procedentes de la provincia china de Hubei.
Las grandes tecnológicas disponen de mecanismos oficiosos para sondear la opinión de unos y otros sobre la crisis del virus chino, sin que ello implique compromisos por su parte. En el caso de las multinacionales chinas, generalmente disciplinadas ante las directrices del Gobierno de su país, parece improbable que se desmarque algún fabricante chino en solitario. La multinacional china ZTE, que confirmó su presencia al MWC la semana pasada cuando ciertos medios apuntaban lo contrario, se limitó a cancelar su rueda de prensa de presentación de productos y servicios en Barcelona.
Las empresas que forman parte del pabellón de España -apoyadas promocionalmente por organismos públicos- tampoco muestran resquicios a la duda. En ese mensaje abundó el lunes el propio ayuntamiento de la capital catalana, con un llamamiento a la tranquilidad extensivo para todos los congresistas.
La mayor parte del gasto relacionado con el MWC ya está comprometido: la contratación del espacio en las instalaciones de la Fira de Barcelona ya está realizada desde justo la semana después del cierre de la edición anterior, con presupuestos de cinco ceros. Las agendas de reuniones están prácticamente cerradas y las reservas de los hoteles se realizaron hace casi diez meses. Retrasar el acontecimiento parece inviable dada su extraordinaria magnitud, por no hablar de otros certámenes comprometidos por el recinto ferial.
Quién gana con la crisis vírica
En el río revuelto del coronavirus no faltan pescadores con pingües ganancias. Al margen de los fabricantes de mascarillas, que agotan existencias a velocidades virales, la empresa francesa Novacyt, que hace diez días lanzó un test específico para detectar el coronavirus, se ha disparado en la Bolsa de París, donde sus acciones han subido más de un 330% en el último mes. El especialista en diagnósticos clínicos comenzó la semana subiendo un 55% en el parqué parisino, lo que lleva su progresión en lo que va de año a más del 400%. El test de detección del coronavirus fue lanzado el pasado 31 de enero por la empresa gala y fue anunciado como el único que permite diferenciar la cepa de la actual epidemia de otras, lo que le permite evitar falsos diagnósticos. Ese día, progresó un 81,12% en la Bolsa de París y llegó a cotizar a 0,697 euros por acción, según informa la agencia Efe.
Por otra parte, el grupo chino Alibaba anunció que su filial Ant Financial's MYBank ofrecería 2.860 millones de dólares en préstamos para las empresas de Hubei, epicentro del virus.
Asimismo, la estadounidense Airbnb informó a través de un comunicado la suspensión de las llegadas en todas las reservas de Pekín hasta el próximo marzo marzo para cumplir con las regulaciones locales sobre el coronavirus. A cambio ofrecerá reembolsos a todos los afectados.
Último día para viajar
Los congresistas chinos que tengan previsto acudir al MWC deberán acreditar la salida de su país con 14 días de antelación. Eso significa que aquellos que pretendan cumplir con esa directriz de la GSMA han tenido que iniciar su viaje el pasado 10 de febrero, ya sin margen para hacerlo en días sucesivos. Además, los afectados con esta medida preventiva deberán demostrar -con un certificado de salud o con su pasaporte- que han estado fuera de China con anterioridad al 10 de febrero, en el supuesto de que quieran participar desde el estreno del MWC. Para reforzar todo lo anterior, los visitantes chinos que superen la anterior criba también deberán someterse a un control de temperatura.
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