Tecnología

Las tecnológicas tratan de poner remedio al insostenible mercado inmobiliario de Silicon Valley

El éxito de la industria tecnológica en Silicon Valley ha creado un problema gigantesco en el mercado inmobiliario de California, cuyos alquileres han subido en la última década hasta alcanzar niveles prohibitivos.

Las compañías tecnológicas se han puesto manos a la obra para tratar de aliviar un problema que la Administración no ha sido capaz de afrontar por sí sola y es la situación del sector inmobiliario se ha vuelto insostenible. 

Una de las grandes quejas a los gobiernos locales y estatales es la alta regulación y restricción del suelo y normas de edificación. En muchos lugares no se pueden construir edificios de más de tres plantas o de grandes dimensiones, que en determinadas zonas servirían para hacer bajar las rentas.

De hecho, el Consejo de Asesores Económicos publicó un informe el pasado mes de septiembre en el que apuntaba a que si se desregulaba el mercado el precio de la vivienda podría caer hasta un 55% y un 41% en San Francisco y Los Ángeles, respectivamente.

Situación crítica

En San Francisco se ha llegado a una situación crítica debido a que las compañías tecnológicas han hecho crecer en gran medida sus plantillas junto en paralelo a la escasez de nuevas viviendas o necesidades de domicilios en zonas muy concretas.

Según el Instituto Global McKinsey, en el Área de la Bahía, en los últimos ocho años se han agregado 676.000 empleos, mientras que se han añadido 176.000 viviendas adicionales, un cóctel que ha disparado los precios. En concreto, ub informe del Consejo de Asesores Económicos explica que el precio de la vivienda había subido tanto que un trabajador con salario mínimo necesitaría 4,7 empleos a tiempo completo para poder alquilar un apartamento de dos habitaciones.

Esta presión inmobiliaria ha disparado la situación de pobreza en la ciudad. San José informa de que el número de personas sin hogar se ha multiplicado un 42% en los últimos dos años, lo que ha desembocado en campamentos urbanos con muchos ciudadanos viviendo en tiendas de campaña en algunos rincones de la ciudad.

Sin embargo, el precio de la vivienda también afecta a los trabajadores de las tecnológicas pese a contar normalmente con mejores sueldos. Blind, una aplicación que permite a trabajadores hablar anónimamente sobre entorno laboral, realizó una encuesta a empleados de 13 compañías tecnológicas del Área de la Bahía sobre si podían permitirse comprar una casa. Un reto imposible para el 59% de los empleados. Esto ha provocado que muchos descarten fichar por las tecnológicas o que busquen soluciones más creativas como vivir en el coche con tal de poder estar cerca de la oficina.

Reacción de las tecnológicas

A falta de soluciones por parte del Estado, las tecnológicas se han movido en dos sentidos para tratar de resolver el problema inmobiliario: por un lado han anunciado fuertes inversiones que incentivan la construcción de casas así como la creación de fondos para vivienda social. Por otro lado, han comenzado a diversificar sus sedes que dejarán de estar concentradas en una única localización.

La última en reaccionar ha sido Apple. La compañía de la manzana explicó que destinará 2.500 millones de dólares a acciones orientadas a aliviar el mercado inmobiliario. De ellos, 1.000 millones se dirigirán a un fondo de inversión en vivienda asequible que promueve la construcción de nuevas viviendas para población con pocos recursos económicos. Otros 1.000 millones irán a un fondo de ayuda para el personal de servicios como bomberos, policías y maestros, y veteranos de las Fuerzas Armadas, que compre una vivienda por primera vez. Mientras que los 500 restantes, 300 corresponden al valor de unos terrenos de su propiedad que dedicará a vivienda asequible; 150 son contribuciones que realizará a organizaciones dedicadas a la promoción de vivienda asequible en el área de la Bahía de San Francisco, y los últimos 50 millones serán donados a una ONG.

El movimiento de Apple llega después de que Google, Microsoft y Facebook también hayan donado miles de millones a tratar de hacer frente a la situación inmobiliaria. 

Google anunció en junio que destinará más de 1.000 millones de dólares para convertir terrenos por valor de 750 millones de dólares en viviendas, mientras que el resto del importe lo destinaría a "crear casas más asequibles" aunque no dio más detalles al respecto. No es el primer movimiento del buscador al respecto, que en 2017 compró casas prefabricadas para empleados. 

Facebook por su parte invertirá la misma cantidad de dinero para construir hasta 20.000 viviendas en la región, un plan que no choca con Willow Campus, su 'pueblo' de 1.500 viviendas junto a su sede pensado para sus trabajadores.

Plan B: repartir a los trabajadores

Más allá de este plan de inversión de las tecnológicas para tratar de dar solución al problema que ellas mismas han provocado, las compañías ya trabajan en diversificar sus empleados por otros estados del país para evitar así la concentración de trabajadores y no ahogar las economías locales. 

Aunque Cupertino es clave para Apple, la compañía ya ha comenzado a acelerar el traslado de miles de empleados a su sede de Austin, Texas, donde también invertirá 1.000 millones de dólares en un nuevo campus que podrá alojar a 15.000 empleados.

En sintonía a este movimiento, Facebook también habría puesto sus miras en Seattle, la ciudad donde se aloja Amazon. "Dado el competitivo mercado inmobiliario en la región, siempre estamos buscando oportunidades para acomodar nuestro crecimiento", explicó un portavoz de Facebook a Business Insider. 

La compañía a la que pertenecen Facebook, WhatsApp, Instagram u Oculus ha cerrado el alquiler de un edificio de oficinas de más de 30.000 metros cuadrados, que se suma a otros dos centros de trabajo de dimensiones similares y con los que tiene conexión en transporte público. 

Seattle se ha convertido en la localización que más trabajadores de la compañía aúna después de Menlo Park. En concreto, emplea a más de 5.000 trabajadores, de los cuales más de 2.000 empleados han llegado a la ciudad desde el 2018.

"Estamos comprometidos con la región de Seattle como lo demuestra ser el segundo centro de ingeniería más grande fuera de nuestra sede de Menlo Park", puntualizó el responsable de la compañía.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky