
El mercado de telefonía móvil vive un momento de contrastes. Mientras que los envíos mundiales de smartphones han caído un 4% debido a la menor demanda, el precio de los teléfonos ha crecido un 9% interanual, la mayor subida jamás registrada en un año.
Según recoge Counterpoint en un informe, las compañías están aumentando el precio de venta con cada nuevo lanzamiento de su teléfono insignia, lo que consigue compensar que, a pesar de que hayan caído los envíos, los ingresos anuales crecieron 5% en 2018.
Esta tendencia cristalizó en 2017, cuando Apple lanzó el iPhone X por encima de los 1.000 dólares, una medida que han replicado desde entonces los principales fabricantes. Lo cierto es que el iPhone no tocó techo en los 1.000 dólares y los modelos iPhone XS y XS Max subieron el precio el año pasado, lo que ha hecho que "a medida que los iPhones se vuelven más caros, se abre la oportunidad para que otros fabricantes entren en estas franjas de precios", explica la analista de mercado.
El aumento de los precios también ha permitido a los fabricantes equipar mejores componentes, terminaciones de diseño y software. Así por ejemplo, en la gama alta de Android este año se han visto mecanismos para ocultar la cámara tras la pantalla, paneles curvados, mayor número de lentes, cámaras con zoom telescópicos, nuevos materiales o un mayor desarrollo en inteligencia artificial.
La fuerte competencia en el I+D ha hecho que el avance tecnológico esté siendo muy rápido, lo que ha hecho que novedades recientes como el lector de huella en pantalla, sensores fotográficos de grandes dimensiones o la carga ultrarrápida haya llegado a la gama media.
El sector premium y la gama media tiran del sector
Esta apuesta por mejores dispositivos, ha derivado en que los usuarios están dispuestos a gastar más dinero en sus smartphones, al tiempo que ha concentrado la demanda en dos categorías principales: gama alta y gama media. La gama alta (más de 600 dólares) ha atraído a aquellos consumidores que buscaban dispositivos considerados como 'premiums asequibles' (entre 400 y 600 dólares), por su parte, la gama media (los dispositivos de entre 150 y 300 dólares) han atraído a los consumidores de la gama entrada (hasta 150 dólares) y los de la categoría media-alta (entre 300 y 400 dólares).
En concreto, según los datos de Counterpoint, la demanda en la gama media y gama alta ha crecido un 14 y un 52%, respectivamente; mientras, en la gama entrada, media-alta y premium asequible ha caído un 11, un 25 y un 17%, respectivamente.
"Los teléfonos por debajo de 300 dólares se han convertido en atractivos para una gran mayoría de consumidores que valoran la utilidad de los dispositivos y la relación calidad-precio en lugar de la exclusividad de los últimos modelos insignia", explica la firma analista.
Teniendo en cuenta esta tendencia del sector, han sido los propios fabricantes los que han incentivado esta polarización del mercado con terminales de gama alta y otros de altas características a precio contenido. Los ejemplos más claros en esta estrategia son Samsung con la gama Galaxy y la gama A; Huawei y Honor; así como Oppo o Google.