Análisis
- 07/03/2016, 04:57
Como dice la mítica ranchera, Carlos Slim es el rey en América Latina y quiere serlo en Europa, aunque no sea en su sector estrella, el de las telecomunicaciones. Así, el magnate mexicano reclama su hueco en la carrera por el trono español del ladrillo, el cemento y los servicios, donde ha sustituido a la familia Koplowitz como uno de los grandes jugadores del sector de la construcción, tras hacerse con el control definitivo de FCC, Realia y Cementos Portland Valderribas y se prepara para plantar cara a los grandes tótems (OHL, Ferrovial, ACS o Sacyr) tanto en Europa como en América Latina.