
El Gobierno ha dado un paso decisivo para desbloquear el cambio de accionistas en Talgo y asegurar la entrada del consorcio vasco en el capital. Según varias fuentes conocedoras del proceso, Moncloa ha dado luz verde a que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) conceda a Talgo un préstamo convertible por un importe que rondaría los 120 millones de euros, destinado a cubrir la multa de 116 millones que Renfe impuso a su proveedor por los retrasos en las entregas de 30 trenes Avril. Preguntado al respecto, un portavoz de SEPI ha declinado comentar esta información.
Esta inyección de fondos allana el camino para que la siderúrgica Sidenor, el Gobierno Vasco y las fundaciones bancarias BBK y Vital cierren la compra del 29,77% del accionariado del fabricante ferroviario en manos del fondo Trilantic a cambio de 153 millones de euros, una operación que se encuentra en plena prórroga tras expirar el plazo inicial el pasado 15 de mayo.
El acuerdo con Renfe contempla además un aplazamiento del pago de la sanción, que contará con seis años de carencia, de modo que no se empezará a abonar hasta el año 2031, y los pagos se extenderán durante los siete años siguientes. Según adelantó El Confidencial, la operadora pública ofreció convertir la penalización en un tipo de deuda a largo plazo, con un periodo de carencia y la obligación para Talgo de abonar intereses sobre esa cantidad.
Dificultades para financiarse
La banca acreedora, por su parte, había puesto reparos a considerar este aplazamiento como pasivo, lo que habría elevado hasta en siete veces (7x) la ratio de deuda neta sobre ebitda de Talgo, lo que encendió las alarmas de las entidades al situar al fabricante en una posición de alto riesgo financiero.
Talgo registró en 2024 unas pérdidas de 107,9 millones de euros, tras provisionar la sanción multimillonaria de Renfe. Durante el año, su deuda financiera neta creció en 163 millones, un 67,8%, al pasar de 240,6 a 403,8 millones de un ejercicio a otro. Sus previsiones para 2025 contemplaban una reducción del apalancamiento a cuatro veces su ebitda, estimado en torno a los 66 millones; y mantener los ingresos en el entorno de los 600 millones.
Sin embargo, la compañía ha decidido retirar estas previsiones hasta nueva orden, dada la incertidumbre que se ha sembrado sobre el negocio: el cóctel está formado por una actividad de mantenimiento que se ha visto ralentizada; las dificultades para entregar a tiempo los pedidos de Alemania y Dinamarca; y las dudas sobre sus futuros dueños.
Pero esto no viene de ahora. La compañía, todavía en manos del vehículo inversor Pegaso Transportation (37,5% del capital), sufre un serio problema de acceso al crédito desde hace ya varios meses. A mediados de 2024, el consejo de administración de la industria ferroviaria llegó a remitir una carta al Gobierno cuestionando sus injerencias como uno de los motivos que estaba complicando su financiación en el mercado, que hasta ahora estaba en manos de hasta 18 bancos de todo tipo, incluidos BBVA, Santander, entidades europeas o incluso el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Con la previsible entrada de Sidenor y el resto de miembros del consorcio vasco, tanto los futuros accionistas como la empresa han tenido que sentarse con las entidades acreedoras para que den el visto bueno a los nuevos dueños.
En paralelo, ambas partes abrieron conversaciones para refinanciar el endeudamiento récord que sufre el fabricante de trenes a día de hoy, y que se achaca a un factor característico del sector ferroviario: es altamente demandante de capital circulante en momentos 'pico' de fabricación -como los que vive Talgo, que sigue avanzando en el pedido de 79 trenes para Deutsche Bahn y acaba de cerrar otro de 65 unidades para Flix-, una condición que obliga a la empresa a financiarse de manera recurrente.
En consecuencia, toda esta compleja situación provocó que los bancos exigieran una aportación de capital adicional para seguir adelante con la refinanciación, algo que se resolverá con el crédito de la SEPI. Pero el acuerdo final no llegará de manera inmediata. Según fuentes del mercado, la refinanciación de la deuda sigue sin culminarse, y a ello habrá que sumar el tiempo necesario para aspectos legales y notariales.
El cierre, para junio
El lehendakari, Imanol Pradales, se mostró confiado la semana pasada en que la operación se cierre a lo largo del mes de junio, tras manifestar su tranquilidad al respecto y esgrimir las demoras debido a la complejidad del proceso. Dos semanas antes fue su consejero de Industria, Mikel Jauregi, quien confió en que la solución financiera llegase a finales de mayo, como ha sucedido.
El préstamo convertible de la SEPI se perfila así como la herramienta clave para asegurar la entrada del consorcio vasco. Esta jugada cuenta con el respaldo del Gobierno, que ha defendido en reiteradas ocasiones la "españolidad" de Talgo al apoyar la entrada de Sidenor y rechazar otros candidatos como la polaca Pesa, la húngara Magyar Vagon o la india Jupiter Vagon.