Sanidad

Un estudio asocia la hidroxicloroquina con un mayor riesgo de muerte en pacientes con Covid-19

  • Los autores desaconsejan su uso salvo para estudios científicos
Una caja de hidroxicloroquina. Foto: Archivo.

La hidroxicloroquina, el antivirus contra la malaria que muchos países están usando en pruebas para ver su efecto contra el coronavirus y con el que Donald Trump se está automedicando, ha provocado un mayor riesgo de muerte y enfermedades cardíacas en pacientes de Covid, según un estudio publicado el viernes por la revista médica The Lancet.

El estudio analizó los datos de 96.000 pacientes de todo el mundo -incluida España- que habían sido tratados con hidroxicloroquina, cloroquina y alguno de los dos antibióticos que a veces se combinan con estos medicamentos. El tratamiento con cualquier combinación de los cuatro medicamentos se asoció con un mayor riesgo de muerte y de problemas cardíacos que el observado en 81.000 pacientes que no los recibieron.

Los investigadores recomendaron que estos medicamentos solo se usen para el tratamiento de Covid como parte de estudios sólidos que muestren definitivamente su impacto, y no como un medicamento común.

Búsqueda de una medicina

Los investigadores están buscando opciones para tratar el coronavirus, que ha provocado la muerte de más de 330.000 personas, entre ellos medicamentos como este antipalúdico que también está aprobado para el tratamiento del lupus y la artritis reumatoide. El respaldo de dirigentes como Trump, Jair Bolsonaro (Brasil) o Boris Johnson (Reino Unido) ha llevado a muchas personas a tomar esta medicina sin pruebas científicas de sus beneficios.

Solo un fármaco, el remdesivir, de Gilead, ha demostrado que beneficia a pacientes con coronavirus en un ensayo clínico. Redujo el tiempo de recuperación de los pacientes de una media de 15 días a 11 días en ese estudio, realizado con una base menor que la normal.

La mayor esperanza ahora mismo es ver si los ensayos de una vacuna de Moderna, que han tenido resultados positivos en la fase 1 del estudio, y de otras instituciones, como la Universidad de Oxford, tienen éxito. En le mejor de los casos, la vacuna podría estar lista para finales de año, aunque aún habría que fabricar dosis suficientes para proteger a la población mundial.

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