"Los almacenes están vacíos desde hace días, no tenemos absolutamente nada". Estas son las palabras de la patronal de la distribución, Fedifar, quienes pintan un panorama menos negro para otros productos de necesidad en esta crisis, como los geles para limpiar las manos. "Ahí tenemos más empresas que fabrican, se notará menos la falta", dicen.
El problema de las mascarillas se lleva gestando desde el principio de esta pandemia, cuando daba sus primeros pasos en China. Fue entonces cuando las peticiones de estos productos se dispararon. Durante el mes de enero la demanda aumentó en un 10.000% en comparación con el mismo mes de 2019. Es decir, unas 80.000 peticiones de mascarillas diarias para una capacidad de producción de, en el mejor de los casos, 8.000.
Tuvo que ser en aquellas fechas cuando el Ministerio de Sanidad debió prever el problema que hoy asfixia la seguridad de los profesionales más necesarios: los sanitarios. Pero no ocurrió y hoy, cuando la pandemia afecta a toda Europa, las capacidades patrias de producción son insuficientes.
En Zamudio (Vizcaya) se encuentra la única compañía española que fabrica las mascarillas FFP3, modelo que necesitan, por la protección que ofrecen, los médicos y enfermeros. En la planta trabajan en tres turnos, 24 horas al día, pero están al límite de su capacidad. De hecho, hasta han aumentado la plantilla, pero no dan más de sí.
Unido a la falta de producción dentro de nuestras fronteras se une la decisión de incautar todo material médico que llegue desde el extranjero. Las mascarillas sanitarias que inicialmente tenían su destino en España corren serio riesgo de desviarse a otros países por culpa de esta decisión. Así lo reconoce a elEconomista un representante de una de las empresas importadoras de este tipo de artículos. "Si no podemos cumplir con nuestros pedidos y distribuirlas en España ante las confiscaciones en la aduana, seguro que abundarán las ofertas de otros países también acuciados por la compra en cantidades millonarias de estos accesorios", apuntan.
Es en este conflicto donde Inditex ha tratado de buscar soluciones. Además de las donaciones de mascarillas que ha realizado (iniciativa a la que se han sumado otras empresas como la farmacéutica Teva), el grupo trabaja para conseguir que las mascarillas que están en China lleguen. "Se está trabajando para traer el material que las autoridades sanitarias españolas han señalado como más urgentes: máscaras, guantes, gafas protectoras, gorros, calzas y protectores faciales. Inditex va a dar apoyo logístico para transportar desde China la compra que el Gobierno realice".
Mientras llega la ayuda que el Ejecutivo necesita, esa decisión de dejar todo en las aduanas ralentiza un suministro que se hace más urgente a cada minuto que pasa. Así ocurre en la Comunidad de Madrid, donde la presidenta ha asegurado que desde que el Gobierno de Sánchez ha tomado las riendas de la crisis todo va más lento. "Además de mascarillas también falta material para convertir camas en camas UCI", aseguró.
