La Eurocámara respalda la normativa para reducir la dependencia en plasma sanguíneo del Viejo Continente. El texto legislativo, que tiene todos los visos de dar alas al negocio de farmacéuticas como Grifols, salió adelante con 59 votos a favor, cuatro en contra y cuatro abstenciones. Ahora, la posición negociadora fijada en la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Eurocámara, deberá ser sometida a votación en el pleno del Parlamento Europeo en septiembre.
En este marco, los eurodiputados han demandado que la regulación incluya remuneraciones a los donantes que compensen los gastos que pudieran incurrir por ir a donar. Concretamente, plantean medidas como reducciones fiscales o indemnizaciones. Sin embargo, rechazan que esta compensación se articule como un incentivo ante el riesgo de explotación de personas vulnerables. En lo relativo a la publicidad para donantes de sustancias de tejidos humanos, la Eurocámara ha pedido que se establezcan reglas más estrictas que prohíban cualquier referencia a una compensación económica.
Dado que el pilar de la normativa es garantizar la autonomía estratégica de la UE en relación al plasma, los eurodiputados han solicitado que la legislación incluya una lista de sustancias de origen humano críticas, así como planes para garantizar su disponibilidad. Además, reclaman que se realicen campañas de formación de trabajadores para aumentar la contribución de las donaciones.
En esta línea, la Comisión de Salud Pública ha reclamado que los planes nacionales cuenten con canales digitales de comunicación para analizar la disponibilidad, las fluctuaciones y falta de suministro de estos componentes.
La decisión europea surge tras haber llegado al convencimiento de la dependencia del plasma que existe en la Unión. Todo comenzó con la pandemia, cuando el flujo de esta materia prima se vio deteriorado y Europa comprobó su incapacidad de generar por sí misma los niveles de esta sustancia. Y es que, el 30% del plasma que se utiliza para fabricar medicamentos en el Viejo Continente se importa desde Estados Unidos.
El modelo que busca implantar Europa es parecido al que está impuesto en EEUU y que, en consecuencia, usa Grifols. A día de hoy, existen cuatro países europeos donde se contempla esta fórmula: Alemania, Austria, Hungría y República Checa. La catalana tiene presencia en todos ellos.
Si dicho documento obtiene luz verde, traerá consigo una serie de beneficios para farmacéuticas como Grifols. La existencia de un mayor volumen de plasma reduciría el precio del mismo y aumentaría los márgenes de la compañía. "Grifols valora positivamente que se considere la compensación por donación en el texto que ha aprobado esta comisión", afirma la compañía a este periódico. No obstante, suscribe "el reciente posicionamiento de la Plasma Protein Therapeutics Association (PPTA) que considera insuficientes las medidas propuestas", añade.