
Las iniciativas con las que está colaborando Correos ponen en valor su compromiso por ayudar a mejorar la situación de los colectivos más expuestos durante la crisis sanitaria y muestra también la gran solidaridad de su plantilla para conseguirlo.
Con la salud mundial en juego, el papel de las empresas en esta crisis sanitaria ha sido determinante. En cuestión de un mes, el coronavirus se había cobrado la vida de cientos de miles de personas y el número de afectados por la pandemia continúa, aún hoy, en crecimiento positivo, poniendo en jaque los sistemas sanitarios. Un panorama desolador en el que España, desafortunadamente, ha sido de los países más afectados por la pandemia.
Como alternativa a esta realidad, la crisis sanitaria ha despertado también la solidaridad y el compromiso de millones de empresas, organizaciones y voluntarios que no han dudado en volcar todos sus esfuerzos para mitigar el duro golpe que ofrecían las cifras de víctimas y contribuir a mejorar la situación de los colectivos más expuestos.
Un compromiso común
Es aquí, en este contexto, donde Correos ha fijado una de sus máximas, mostrar apoyo a los sectores más vulnerables y profesionales afectados por la crisis del Covid-19. Para ello, la compañía ofrece su ayuda con la puesta en marcha y participación en diferentes iniciativas solidarias, enfocadas a la asistencia de estos colectivos a través de la entrega diaria de comida en hospitales o el reparto sin coste de respiradores de emergencia, fabricados por Seat, hasta alcanzar las más de 200 acciones solidarias.
Roser Oromí, de 83 años de edad, vive sola en el barrio de l'Eixample, Barcelona. Antes de que llegase el Covid, asistía dos veces por semana a un club de lectura donde, según ella, el libro no es lo importante y la compañía es lo que más echa en falta estos días. Tiene varios sobrinos, pero todos ellos viven fuera de Barcelona, y les resulta imposible ayudarla en su día a día.
Oromí asegura no tener miedo del virus, aunque es consciente del riesgo que asume cada vez que debe bajar al supermercado. Por ese motivo, le emocionó mucho la llamada telefónica en la que se le ofrecía un lote de alimentos para que no tuviese que ir a comprar durante el confinamiento, "saber que la gente todavía se acuerda de las personas mayores como yo, que a veces parece que ya no servimos para nada y molestamos, me hizo sentir cuidada y acompañada", comenta.
Las entregas en domicilios no precisan la firma del receptor
Su historia pertenece a una de estas grandes iniciativas, Cestas contra la Covid-19, que responde a la necesidad de facilitar de forma gratuita lotes de alimentos a enfermos leves de Covid-19, personas con patologías graves y mayores de 70 años para minimizar así la probabilidad de contagio entre los colectivos de riesgo en Barcelona.
#Food4Heroes es otra de las campañas con la que Correos se comprometió desde el pasado 25 de marzo. Con ésta, ayuda a entregar a los sanitarios los cientos de raciones que se recogen en los más de 80 restaurantes de Madrid adheridos a la plataforma.
Los voluntarios de la empresa de repartos pasan por el local a recoger la comida y posteriormente la llevan a los hospitales. Una vez allí, dejan la provisión en las puertas de urgencias, y son los profesionales de la salud los que se encargan de recogerlos.

Carmen Barceló lleva más de 30 años trabajando en la compañía como cartera. Durante la mañana desarrolla su trabajo habitual en Correos y por las tardes colabora en este voluntariado repartiendo comida al personal sanitario de diferentes hospitales cercanos a la ciudad de Valencia. Barceló se siente muy afortunada de poder participar en una acción altruista de estas dimensiones y remarca la emotividad que supone para ella esta labor, tanto en las recogidas como en las entregas. "Es una satisfacción enorme recoger la comida que preparan con sumo cariño los diferentes restaurantes, con ellos nos sentimos muy identificados, tenemos un objetivo común que se hace posible gracias al trabajo en cadena. Además, a la hora de entregar la comida en los hospitales sentimos la gratitud del personal sanitario, normalmente profesionales son muy jóvenes, que nos recibe con una gran sonrisa", cuenta.
Sergio (cartero): "Siguiendo el protocolo y llevando el material de protección no hay problema en el desarrollo del trabajo diario"
Además de la colaboración de la compañía en iniciativas solidarias desarrolladas en grandes ciudades de España, los trabajadores de Correos demuestran su valentía y vocación de servicio público en pequeños territorios del país.
Es el caso, por ejemplo, de los trabajadores de Correos en Camariñas, que han repartido más de 6.000 mascarillas, confeccionadas por voluntarios, a los vecinos de la localidad de la provincia de La Coruña. O el del personal de Sariñena (Huesca), donde los voluntarios reparten medicinas y productos de primera necesidad a las localidades de la comarca.
En un escenario similar se encuentra Gracia María Blasco, cartera de una población rural del interior de Castellón, que atiende la demanda diaria de la localidad de Altura. Gracia María lleva veinte años trabajando en Correos y asegura que le apasiona su trabajo, dar servicio a un pueblo de 4.000 habitantes junto a una compañera. Desde que se declaró el estado de alarma, Blasco ha seguido cumpliendo con su trabajo con la entrega de todo tipo de paquetería española y extranjera a los vecinos del municipio de la Comunidad Valenciana. La principal diferencia es que, ahora, la mascarilla y los guantes forman parte de su uniforme y las medidas de seguridad cobran especial importancia a la hora de las entregas, que han aumentado en relación al mes de marzo por el inicio de la campaña de la Renta 2019.
En estos momentos de incertidumbre y preocupación, Gracia María destaca la respuesta y el cariño de sus vecinos, que valoran y empatizan con ella en cada entrega. "Como sucede en otros sectores necesarios en esta crisis, no siempre se valora el esfuerzo de los que nos encontramos con una mayor exposición al virus. Sin embargo, en mi caso, la mayoría de las personas son muy cariñosas y nos dan ánimo para continuar con nuestro trabajo en una situación tan complicada", apunta. Además, la cartera recarga energías y se vuelve a armar de valor cuando, una vez terminada su jornada laboral, su hija de dos años la recibe en casa.
Sergio Frías, cartero de Soria, es otro de los trabajadores de Correos que ha continuado con su labor durante el estado de alarma y largo periodo de confinamiento para la población. Dos décadas respaldan su experiencia dentro de la empresa pública y asegura seguir con el desarrollo de su trabajo con total normalidad, siguiendo las pautas y protocolos de la empresa basados en las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

El modus operandi de Sergio, al igual que el del resto de carteros y carteras de la compañía, se ha transformado para adaptarse a la situación extraordinaria provocada por el coronavirus y contener su expansión. Ahora, sigue unas medidas de seguridad, lleva mascarilla y no olvida mantener una distancia razonable de separación con el receptor. Las entregas que se hacen en los domicilios han sufrido una ligera pero reseñable modificación, no precisan la firma del destinatario para, de esta manera, evitar el contacto y proteger la salud de la ciudadanía y empleados. "Debemos normalizar esta situación con la mayor de las precauciones. Siguiendo el protocolo y llevando el material de protección no hay problema en el desarrollo del trabajo diario", asegura el trabajador.
Como todos los héroes de esta pandemia, los trabajadores de Correos han dado una respuesta ejemplar a la situación de emergencia que afronta el país con su dedicación y solidaridad. Además, la compañía ha seguido prestando el servicio postal público para garantizar la atención a todos los ciudadanos y empresas de España, sin olvidar el firme compromiso de proteger la salud de sus trabajadores.