
El 30% de las personas con miopía ve limitadas sus actividades veraniegas por el uso de gafas o lentillas, y este porcentaje se eleva hasta el 40% entre los jóvenes miopes entre 18 y 24 años, según el Estudio de la Visión en España 2025 realizado por Clínica Baviera.
Además, el 72% afirma tener dificultades al acudir a la playa o la piscina ante la visión borrosa de lejos que impide disfrutar del baño, la posibilidad de que la arena, el cloro o la sal irriten los ojos o que se rayen las gafas.
En este sentido, este estudio informa que el 38% de la población española tiene miopía, siendo el defecto visual más común entre la población joven, afectando al 47% de los que tienen entre 18 y 34 años. Así, en verano los miopes se enfrentan a dificultades para disfrutar de las actividades típicas de estos meses.
"El verano es una de las épocas del año con más dificultades para las personas con miopía, aparte de los olvidos, daños o pérdidas de las correcciones visuales, puede ser incómodo estar en la playa o la piscina sin ellas porque no ven de lejos. Pero llevarlas también puede ser bastante incómodo y, en el caso de las lentillas, no es recomendable bañarse con ellas", asegura el oftalmólogo y director médico de Clínica Baviera Valencia, doctor Jorge Navalón. No obstante, más de la mitad de las personas con miopía usuarias de lentillas se bañan con ellas, según los resultados del citado estudio.
Teniendo en cuenta estos datos, el doctor Navalón advierte que "el agua de playas, piscinas, ríos o pantanos puede arrastrar gérmenes o sustancias como el cloro que se pueden adherir a las lentes y provocar infecciones oculares, irritaciones o reacciones alérgicas. Además, el propio contacto con el agua puede dañarlas". En este sentido, sugiere utilizar gafas de natación graduadas como una alternativa para facilitar la visión a personas con problemas visuales.
Otra alternativa sería la cirugía refractiva, el tratamiento que permite a las personas con defectos visuales, como la miopía, desprenderse de ellas. "Con ello logramos una mejora en la calidad de vida del paciente y es una cirugía segura, prácticamente indolora y con muy buenos resultados", afirma el doctor Navalón.