
Un equipo de investigadores ha demostrado que la contaminación atmosférica está estrechamente relacionada con el mismo tipo de mutaciones del ADN que se asocian al tabaquismo, unas alteraciones que los científicos han hallado en mayor medida en personas no fumadoras con cáncer de pulmón, concluyendo que la polución es una de las causas de desarrollo de la enfermedad en esta población.
En profundidad
El estudio, publicado este miércoles en 'Nature', está dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Diego y del Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. En el trabajo también participan especialistas españoles del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
El consumo de tabaco disminuye en muchas partes del mundo, pero las estadísticas globales sobre el cáncer alertan de un aumento de casos de cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado. Esta preocupante tendencia fue la que desencadenó el inicio del proyecto, que ha recopilado datos de no fumadores de todo el mundo y utiliza la genómica para rastrear las exposiciones que podrían estar detrás.
Secuenciando el genoma completo de 871 pacientes no fumadores, los investigadores identificaron distintos patrones de mutaciones del ADN, conocidos como firmas mutacionales, relacionados con exposiciones ambientales pasadas. Estos datos los combinaron con estimaciones de la contaminación atmosférica de cada una de las regiones en las que vivían los participantes del estudio.
Así, descubrieron que aquellos que vivían en entornos más contaminados presentaban un número significativamente mayor de mutaciones en sus tumores de pulmón. De hecho, estas personas presentaban 3,9 veces más mutaciones relacionadas con el tabaquismo y un 76 por ciento más de mutaciones relacionadas con el envejecimiento.
Esto no significa que la contaminación provoque una "firma mutacional de contaminación atmosférica" única 'per se', sino que aumenta el número total de mutaciones, según ha explicado el investigador Marcos Díaz-Gay, uno de los primeros firmantes del estudio y jefe del nuevo Grupo de Genómica Digital del CNIO.
Los investigadores también observaron que cuanta más expuesta estaba una persona a la contaminación del aire, más mutaciones había en su cáncer de pulmón. También presentaban telómeros más cortos -los capuchones protectores de los extremos de los cromosomas-, un signo de envejecimiento celular acelerado.
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Además, han identificado otro riesgo ambiental en el ácido aristolóquico, un carcinógeno presente en ciertas hierbas medicinales tradicionales que ya se había relacionado con cánceres de vejiga, gastrointestinales, renales y hepáticos por ingestión, pero que por primera vez se evidencia su relación con el cáncer de pulmón.
En este sentido, se encontró una firma mutacional específica vinculada al ácido aristolóquico casi exclusivamente en casos de cáncer de pulmón de taiwaneses que nunca habían fumado.
El grupo identificó otra firma mutacional que se da en mayor proporción en cánceres de pulmón de personas no fumadoras que fumadoras. Su causa hasta el momento es desconocida y abre una nueva vía de investigación, pues no se correlaciona con la contaminación atmosférica, ni con ninguna otra exposición ambiental conocida.
De cara al futuro, los investigadores están ampliando su estudio para incluir casos de cáncer de pulmón en no fumadores de América Latina, Oriente Medio y más regiones de África. Los investigadores también están centrando su atención en otros riesgos potenciales, como son el consumo de marihuana y cigarrillos electrónicos, sobre todo entre los jóvenes que nunca han fumado tabaco.
El nuevo grupo del CNIO estudiará también otros riesgos ambientales, como el radón y el amianto, en colaboración con otros grupos en España. Además, recopilarán datos más detallados sobre la contaminación a escala local e individual.