Salud Bienestar

Lo que una experta afirma sobre el malestar digestivo para ayudar a detectar los primeros signos de cáncer de estómago

El cáncer de estómago ocurre como resultado de un crecimiento celular anormal. Fuente: Canva.

Expertos y representantes de pacientes de tumores gástricos han señalado que los problemas de digestión, conocidos como dispepsia, que se alargan en el tiempo y están acompañados de otros síntomas, como la pérdida de peso excesivo, deben ser un signo de alerta tanto para la propia persona como para el profesional de Atención Primaria (AP) del riesgo de tumor gástrico, con el fin de que se realicen al paciente las pruebas oportunas para su hipotético diagnóstico precoz.

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"Tiene que haber un tiempo estimado para que (esta sintomatología) sea normal, es decir, cuando perdura en el tiempo, AP debería derivar al especialista, y entonces valorar si se le tiene que hacer alguna gastroescopia de control, o cualquier otra cosa, lo que no se puede hacer es retrasar y llegar a ese nivel al año o a los dos años", ha explicado la presidenta de la Asociación Contra el Cáncer Gástrico y Gastrectomizados (ACCGG), Pilar Ruiz, en la jornada 'Actualizaciones en el Abordaje y Tratamiento del Cáncer Gástrico', impulsada por la Fundación ECO en colaboración con Astellas.

El cáncer gástrico es un problema de salud al que en España se le otorga una preocupación "menor" en comparación a otros países. Es el quinto tumor en incidencia a nivel mundial, mientras que a nivel nacional la incidencia es "media-baja". Sin embargo, su frecuente diagnóstico en fases avanzadas y metastásicas, que ronda el 80 por ciento de los casos debido a los síntomas inespecíficos y la carencia de cribados, hace que la supervivencia de los pacientes españoles apenas alcance el 28 por ciento.

Es por ello que, aunque se han producido avances tanto en la identificación de biomarcadores como en el abordaje y tratamiento de la enfermedad, los expertos han puesto el foco en algunas de las necesidades no cubiertas, como es la concienciación de la población y de los profesionales de AP, junto a la implantación de programas de cribado que permitan detectar la patología de forma precoz, rápida y barata, como ya se hace en otros tumores, como cáncer de mama, colorrectal y de cérvix.

A este respecto se ha pronunciado el oncólogo Javier Sastre, del Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid), que ha destacado que hay numerosos estudios investigando para contar con un 'screening' para tumor gástrico "más fácil, barato y rápido" que la gastroescopia, que en la actualidad es la prueba empleada y "consume mucho tiempo", de tal modo que en un día se puede practicar como mucho a 12 pacientes.

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Acerca de la prevención del cáncer gástrico, el oncólogo Fernando Rivera, del Hospital Universitario Valdecilla, ha detallado que esta puede hacerse a dos niveles. Por un lado, a nivel de factores de riesgo, prevenir y tratar la bacteria 'Helicobacter Pylori', responsable principal del cáncer de estómago, y por otra parte a nivel de detectar el cáncer gástrico. Según ha precisado, "ambas son costo-efectivas".

Ya que los 'screening' no están establecidos de forma sistemática en los países occidentales ni, en concreto, en España, los expertos han abogado por la importancia del control de los factores de riesgo, como son el sedentarismo, el consumo de alcohol y la obesidad.

Además, la oncóloga Virginia Arrazubi, del Hospital Universitario de Navarra, ha advertido que el cáncer gástrico también puede afectar a los pacientes jóvenes, aunque sea más común en mayores de 65 años. En esta línea, ha instado a los médicos a prestar atención también a los síntomas que presenta la población más joven y a no descartar la posibilidad de tumor gástrico.

A tener en cuenta

Javier Sastre ha enumerado otros aspectos que se deberían considerar para un mejor manejo de los tumores gástricos, como la incorporación del análisis del ADN tumoral circulante (ctDNA), que permite comprobar si un paciente está o no libre de la enfermedad; una mayor investigación en tumores gástricos avanzados, cuya mediana de supervivencia se sitúa en torno a los 10 u 11 meses; y reducir el tiempo de espera entre que un fármaco es aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) lo financia.

"Desde la sociedad y las asociaciones de pacientes tenemos que hacer fuerza para que si la EMA da su 'okay' para la utilización en la práctica no pasen meses y meses hasta su uso en nuestro país", ha aseverado Sastre.

Por otra parte, la hepatóloga Carolina Martínez, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, ha realizado una ponencia sobre biomarcadores emergentes, que marcan la diferencia en el abordaje de estos tumores, y en concreto ha tratado el caso de Claudina 18.2.

"El éxito de la medicina de precisión definitivamente depende en la adecuada selección de los pacientes que tienen más probabilidad de beneficiarse de un tratamiento específico con la menor cantidad de efectos secundarios. Esto es lo que conseguimos a través del estudio de biomarcadores predictivos, (...) que nos van a permitir predecir si un paciente tiene más probabilidad de beneficiarse de un tratamiento o si por el contrario no la tiene y por lo tanto deberíamos evitarlo en ese caso concreto", ha explicado.

La Claudina 18.2 es uno de estos biomarcadores que han supuesto una revolución en la detección de cáncer gástrico y que Martínez ha resaltado que se ha de incorporar a la práctica habitual. En este punto, ha señalado que los laboratorios de anatomía patológica están pasando por el proceso para su optimización y validación.

Asimismo, Martínez ha abordado los beneficios que va a traer la inteligencia artificial (IA) a la investigación y la práctica clínica, ya que aunque en la actualidad está "muy poco" implementada y requiere de esfuerzos para afrontar varios de sus desafíos, permitirá automatizar la interpretación de mediciones.

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