
Viajar es uno de los grandes placeres que podemos disfrutar en esta vida. Conocer mundo, aprender nuevas culturas, visitar monumentos, disfrutar probando nuevos platos, son algunas de las experiencias que están asociadas. No obstante, antes de coger un avión o tomar un tren, es necesario una planificación previa, proceso que puede ser emocionante y estresante a partes iguales. De hecho, según la última encuesta realizada por Skyscanner, de media el 26% de los españoles tarda un mes en planificar sus vacaciones para todo el año, dato que ayuda a entender que esté prácticamente considerado como una tarea titánica.
Qué es el FOBO
Aunque suena muy parecido al FOMO (miedo a perderse algo), en este caso el FOBO está relacionado con el miedo a dejar escapar la mejor opción. Se trata de un fenómeno psicológico que explica el estrés que se siente a la hora de organizar las vacaciones y describe esa inquietud constante que ronda por la cabeza al pensar que existe una opción mejor a la que se ha tomado, incluso después de haberla analizado y sopesado el tiempo necesario.
Estas son algunas de las señales más comunes:
- Parálisis por análisis: En muchas ocasiones, comparar demasiadas opciones puede llevar uno a sentirse abrumado y posponer decisiones importantes.
- Arrepentimiento post-reserva: Incluso después de haber reservado los vuelos y el hotel, existen dudas sobre si se ha tomado la mejor decisión.
- Ansiedad y estrés: Ansiar tener un 'viaje perfecto' puede ser algo agotador y disminuye la emoción previa a las vacaciones
- Pérdida de tiempo: buscar la mejor opción y comparar todas las posibilidades conlleva una gran cantidad de tiempo

Cinco trucos para planificar sin estrés
Realmente, la clave para reducir el FOBO reside simplemente en restarle importancia al proceso de planificación y centrarse en lo que realmente importa. Adoptando esta mentalidad, es posible disfrutar tanto del momento previo, como de las vacaciones, ya que incluso en ese momento es posible sentirse frustado.
Estos son algunos trucos para reducir el FOBO:
Es importante analizar y reducir las opciones. Cuando existe una larga lista, la indecisión puede llevarnos al agotamiento, por eso es clave ir analizando las opciones una a una y eliminar aquellas que no nos convenzan, para que después sea mucho más sencillo quedarnos con una.
De la misma manera, es vital priorizar las decisiones más importantes, como podría ser la selección de vuelos o el alojamiento. Para aquellas de menor importancia, lo ideal sería adoptar una mentalidad de 'así está bien'. Si una opción se ajusta a tus criterios, no haría falta darle más vueltas al asunto.

Los expertos también recomiendan escoger las vacaciones que estén más acorde con tu estado actual. Por ejemplo, si te sientes sobrecargado, una buena opción sería un retiro en la naturaleza, donde poder desconectar y descansar. Por el contrario, si estás aburrido, podrías optar por unas vacaciones de aventura, donde realizar actividades emocionantes.
Muy ligado a esto, nos animan a liberarnos de la rutina. Conforme pasan los años y nos hacemos más mayores, existe la tendencia de estancarnos en el mismo tipo de turismo y vacaciones. Sería ideal aprovechar el viaje para salir de la zona de confort y explorar destinos inesperados.
Por último, aprovecha la dopamina que libera nuestro cerebro en la fase previa a las vacaciones. De esta manera, planificar el viaje podría ser igual de emocionante que vivirlo.
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