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Esto es lo que le pasa a tu organismo si dejas de comer pan: "Hay que reconsiderar su consumo"

Foto: Dreamstime.

El pan, ese alimento tan cotidiano y adictivo, es considerado por muchos como una debilidad irresistible. Según revela el Informe de Consumo en España 2023, el consumo promedio de pan alcanza los 27,35 kilos por persona y año. A pesar de su popularidad, cada vez más personas están cuestionando su lugar en la dieta diaria y el impacto que tiene en nuestra salud.

Para muchos, la relación con el pan es similar a una "adicción". Así lo cuenta, bajo su experiencia, Mirand McMinn, experta de Salud Dieta y Nutrición de Telegraph, y quien se confiesa incapaz de resistirse a las tostadas, bagels y panes de masa madre, sintiendo que nunca logra saciarse por completo. Esta búsqueda constante de satisfacción puede llevar a un "círculo vicioso de antojos", donde el pan se convierte en la puerta de entrada hacia otros dulces y tentaciones, como las galletas y pasteles.

En este contexto, la dietista Caren Richards señala al medio británico que, aunque el pan es un alimento accesible y conveniente, sería beneficioso para muchos "reconsiderar su consumo". Un cambio de hábitos puede ayudar a las personas a tomar decisiones más saludables y a reducir su dependencia de este carbohidrato, que, aunque delicioso, puede ser perjudicial para la salud si se consume en exceso.

Los problemas del consumo de pan

Uno de los principales problemas que plantea el pan es su efecto en los niveles de azúcar en sangre. Al ser rico en carbohidratos, el consumo de pan puede provocar picos de glucosa, lo que a su vez genera una sensación de hambre poco después de haberlo comido. Richards explica que sustituir el pan por opciones más equilibradas, como ensaladas o platos ricos en proteínas y fibra, puede ayudar a mantener los niveles de energía más estables a lo largo del día y evitar esos molestos bajones de energía.

Además, se ha demostrado que muchos panes procesados y de bajo contenido de fibra están asociados a un aumento en las enfermedades cardiovasculares. La mayoría de los panes envasados que se encuentran en los supermercados son ultraprocesados y contienen aditivos poco saludables. Richards advierte que incluso los panes sin gluten pueden tener un contenido similar de aditivos, lo que los convierte en una alternativa poco saludable.

Para aquellos que buscan perder peso, eliminar el pan de su dieta puede ser un primer paso efectivo, pero debe hacerse con precaución. McMinn comparte su experiencia al dejar el pan, donde, tras una semana de cambios, notó un aumento en su hambre. Richards aclara que es un error común no reemplazar el pan con alimentos que proporcionen suficiente saciedad, lo que puede llevar a una mayor frustración y a la sensación de hambre constante.

El impacto del pan en la salud intestinal también es un tema importante. Si bien muchas personas no son alérgicas al gluten, esta proteína puede ser difícil de digerir. Richards sugiere que, al eliminar el pan y optar por alimentos ricos en fibra, se puede mejorar la salud digestiva y reducir la hinchazón, un problema que muchas personas enfrentan al consumir pan de manera regular.

Capricho ocasional

Finalmente, la clave está en encontrar un equilibrio. Aunque puede ser difícil dejar el pan por completo, se puede optar por versiones más saludables y combinaciones que incluyan proteínas para mitigar sus efectos negativos. Richards concluye que el pan debería ser un "capricho ocasional", y no un alimento básico en nuestra dieta diaria. Con un enfoque consciente y moderado, es posible disfrutar de este alimento sin comprometer la salud.

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