La ministra de Sanidad, Mónica García, ha hablado de una de las medidas que lleva tiempo sobre la mesa del ministerio: la de convertir en un servicio público los costes de gafas y lentillas, que pasarían a estar cubiertos para algunos grupos de población, ya que ahora mismo los precios de los servicios oculares corren a cargo del bolsillo de los contribuyentes.
Anteriormente, Mónica García ya confirmó, en la rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros del mes de febrero, que su intención era que intención de que las gafas y lentillas estén incluidas dentro de las prestaciones de la Seguridad Social.
El objetivo, tal y como dijo la ministra, es que "la gente no tenga que echar mano a su bolsillo cuando necesite una prestación", por lo que esta y otras medidas se irán incorporando progresivamente "a lo largo de la legislatura".
Gafas y lentillas por la Seguridad Social a partir de 2025
De hecho, en declaraciones durante el I Foro de Salud Pública, celebrado este lunes 13 de mayo por la Fundación para la Investigación en Salud (Fuinsa), ha dicho que su cartera trabaja para que este servicio público de gafas y lentillas esté disponible a partir de 2025.
Tal y como ha explicado, esta medida iría destinada, sobre todo, para aquellas familias más vulnerables, que ven mermadas "sus capacidades para tener una mejor salud visual", ha dicho la ministra, aunque sin dar más detalles sobre los requisitos para acceder a esta ayuda en productos oculares.
"Creo que esto es algo en lo que estamos de acuerdo desde el punto de vista social y político. No puede ser que el sistema de salud visual o bucodental no esté incluido en el Sistema Nacional de Salud, por lo que vamos a trabajar firmemente para que sea una realidad en 2025", ha dicho en la inauguración del mencionado foro.
Ejemplo de otros países europeos
El Ministerio de Sanidad podría, por tanto, tomar el ejemplo de otros países europeos en los que ya están incluidos los costes de las gafas y las lentes de contacto en las prestaciones sociales.
Es el caso de Francia, Alemania o Reino Unido, donde hay que cumplir ciertos requisitos para poder acceder a la ayuda relacionada con la visión. Por ejemplo, en el primero de los países hay que cumplir con unos periodos de renovación, que se rigen por grupos de edad y las ayudas se aplican a monturas cuyo precio sea inferior o igual a 30 euros, mientras que, en Alemania, la aydua es solo para los niños y jóvenes menores de 18 años.