
Probablemente le haya ocurrido en alguna ocasión: durante una conversación, al salir el tema 'piojos', una sensación de picor invade su cabeza, como si por arte de magia apareciesen al pronunciar su nombre. Pues bien, en las últimas horas (y a falta de pruebas) parece haber un fenómeno contagio similar, a raíz de las noticias llegadas desde Francia, donde París y otras ciudades están sufriendo una importante plaga. Solo que esta vez la plaga no es de piojos, sino de chinches.
Cómo identificarlas
Las chinches son pequeños insectos de color marrón rojizo y del tamaño y forma de una semilla de manzana. Aunque no tienen alas, se alimentan de sangre, de forma similar a la de un mosquito. Pero al contrario que estos, las chinches no son conocidas por portar y propagar enfermedades, sino por las molestias que generan si consiguen anidar en un hogar.
Sus picaduras, similares a las de otros insectos, no suelen producir efectos perjudiciales más allá de picor, salvo que estas generen reacciones alérgicas, en cuyo caso se pueden generar ampollas o urticarias. Su aspecto es el de una mancha rojiza inflamada, de menor tamaño e hinchazón que la picadura de un mosquito. Suelen aparecer varias, siguiendo una estela o racimo, en función del camino que haya recorrido la chinche. Y, por lo general, se suelen ubicar en la cara, en el cuello, en los brazos y en las manos, ya que son las partes del cuerpo más expuestas. No les gusta, en cambio, introducirse bajo la ropa.
Si aparecen picaduras, se deben lavar con jabón y agua y sobre ellas se pueden aplicar cremas o lociones que alivien el picor. Es importante no rascarse, dado que así se pueden ocasionar infecciones. Si el picor es muy intenso o si hay reacciones alérgicas se debe acudir a un centro médico.
Dado que sus picaduras no suelen generar grandes molestias, ¿por qué se las teme? Su alta capacidad de propagarse puede convertir una casa en un infierno. Una vez instaladas, suelen cobijarse en las zonas próximas a las personas, para alimentarse de ellas cuando duermen. Así, pueden encontrarse en elementos del dormitorio, como en camas, somieres, cabeceros, canapés y demás estructuras asociadas a la cama, o en zonas asociadas a la ropa, como armarios y cajones, maletas, etc. También se pueden encontrar tras las paredes, debajo de alfombras, tras los zócalos, entre las costuras de los muebles tapizados o tras interruptores y cuadros eléctricos.
¿Por qué aparecen?
Al contrario de lo que cabe pensar, las chinches pueden instalarse indistintamente en un hogar sucio o limpio. Simplemente necesitan un hogar cálido (a más de 16 grados) y escondites en los que pasar inadvertidas. Además, pueden desplazarse con facilidad entre los pisos de un mismo edificio, a través de tuberías o canalizaciones eléctricas.
Sin embargo, es más probable encontrarlas (y transportarlas) en lugares donde se produce un elevado trasiego de personas, como edificios de apartamentos o habitaciones de hotel, residencias de estudiantes, refugios para personas sin hogar, cruceros, trenes, autobuses o campamentos, entre otros.
Por ello, al llegar a un nuevo hospedaje, es recomendable inspeccionar la ropa de la cama, los colchones, alfombras o los tapizados en busca de rastros, como excrementos, huevos, manchas rojas u oscuras o las propias chinches (vivas o muertas). También, colocar el equipaje en mesas o cómodas, en lugar de depositarlo en el suelo. Y taparse todo lo posible a la hora de dormir con pijamas que cubran la mayor parte del cuerpo.