
Cualquiera puede meditar, solo se necesita tiempo y un lugar tranquilo para ello. Una forma es la meditación científica que se basa en sentarse durante en una silla con las piernas relajadas y la espalda hacia delante. Durante este tiempo, cierras tus ojos y te concentras en uno de tus brazos y te repites a ti mismo "mi brazo está relajado", "mi brazo pesa", "mi brazo derecho pesa mucho". Sigue esto con las demás extremidades. Así, te podrás relajar a diario y en los siguientes días notarás que dominas el estrés y las emociones.
Hacer esto te tomará un minuto pero se recomienda a hacer varias veces al día. Esta meditación, llamada Autogenics, tiene influencia de las disciplinas orientales y tiene una base científica. No solo te ayuda a relajarte, mejora la capacidad de interocepción e instrospección.
El doctor en medicina, especialista en medicina interna y en psiquiatría, Luis de Rivera, ha sido el creador de esta técnica: "Ponerse en con uno mismo considero que es su efecto potenciador y terapéutico más importante". El experto ha añadido: "Sea cual sea la condición, situación personal y circunstancia a la que uno se enfrenta, decidir que el núcleo central de la solución está en uno mismo es el primer paso. Tomar posesión de la propia vida, aceptarla como propia, reconocerse responsable de todo lo que en ella ocurre es el camino más fácil para llegar a ser quien verdaderamente eres".
Luis de Rivera ha detallado sobre este tipo de meditación: "La práctica regular de Autogenics disminuye la reactividad al estrés, lo cual explica que las personas debidamente entrenadas puedan superar con facilidad experiencias que para otros resultan perjudiciales".
Los beneficios de la salud de la meditación científica
Según un estudio que se hizo por un grupo de investigación de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática (SEMP), presidido por Luis de Rivera, se descubrió que quién practicaba la meditación somatosensorial, aumentaba el tamaño de la corteza prefrontal del cerebro. Esta parte se encarga de la creatividad, la memoria del trabajo y la conducta y de la capacidad del sistema límbico, que modula las emociones.
En otro estudio, se demostró que 150 personas que practicaron esta meditación le sirvieron como complemento a tratamientos de enfermedades como el colon irritable, cefaleas y trastornos cardiovasculares. Además, mejoraron su capacidad de interacción social y tolerancia.
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