
Uno de los propósitos de muchas personas es dejar de fumar, algo que no siempre resulta sencillo. El uso de hipnosis, la acupuntura, la administración de medicamentos, las terapias de reemplazo o la sustitución por cigarrillos electrónicos son algunas de las soluciones más comunes entre los fumadores que quieren dejar de serlo.
Más allá de estas, un estudio publicado en 2012 en la revista Nicotine and Tobacco Research y elaborado por la Universidad de Buffalo (UB) encontró una estrecha relación entre el consumo de determinados alimentos y el abandono del hábito de fumar, concretamente las frutas, verduras, hortalizas y los lácteos.
El estudio contó con la participación de 1.000 fumadores de más de 25 años de Estados Unidos que respondieron una serie de preguntas a través de una llamada telefónica y catorce meses después se les realizó un seguimiento para saber si habían continuado con su consumo habitual de tabaco.
Primeros hallazgos
"Sabíamos, por nuestro trabajo previo, que quienes llevaban menos de seis meses sin fumar consumían más frutas y verduras que quienes aún fumaban. Lo que desconocíamos era si quienes habían dejado de fumar recientemente aumentaban su consumo de frutas y verduras o si quienes consumían más frutas y verduras tenían mayor probabilidad de dejarlo", afirmó Gary A. Giovino, doctor y director del Departamento de Salud Comunitaria y Conducta Sanitaria de la UB.
Los resultados alcanzados sugerían que las personas que comían frutas y verduras tenían tres veces más probabilidades de no fumar durante un mes que quienes no ingerían estos alimentos, además también fumaban menos a lo largo del día. Cabe destacar que las conclusiones fueron las mismas independientemente de la edad, género, raza, educación o ingresos económicos.
La justificación
Una de las principales explicaciones que dan los expertos es que estos alimentos generan una mayor sensación de saciedad, debido a sus altos niveles de fibra, por lo que no genera esa "ansiedad" por el hambre. Otra de las justificaciones es que las frutas y verduras empeoran el sabor del tabaco, causando un mayor rechazo a este. No obstante, bebidas como el café o el alcohol lo mejoran.
En cualquier caso, los investigadores han advertido que se necesita más investigación para determinar si estos hallazgos se repiten en otras partes del mundo, con el fin de identificar mecanismos que ayudan a abandonar el tabaco.
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