
Mantener un peso saludable, como bien todos sabemos, es muy positivo para nuestra salud. Más allá de lo previsible, ayuda a bajar nuestro riesgo de desarrollar problemas graves de salud como la diabetes tipo 2, las enfermedades del corazón y la presión arterial alta.
Beneficios
Entre las ventajas de tener un peso acorde a nuestra edad y condiciones, cabe destacar las siguientes:
- Dormir mejor. Cuando hay exceso de peso aparece la apnea del sueño, la obstrucción de las vías respiratorias...
- Evitar enfermedades como diabetes, presión alta, colesterol alto, dolores musculares y articulares.
- Tener una vida sexual activa y plena. Nuestro peso favorecerá que estemos más activos a nivel sexual.
- Sentirnos bien anímicamente. Cuando nos sentimos bien emocionalmente, todo fluye de modo diferente, haciendo que nos sintamos mejor en todos los aspectos de la vida.
- Una buena condición física provoca que podamos hacer actividades, salir a comprar, caminar, hacer recados, subir y bajar escaleras...
En profundidad
Por lo general, un gran porcentaje depende de los hábitos alimenticios. Y por ello debemos consumir frutas y verduras que, además de aportar vitaminas a nuestro organismo, son una gran fuente de fibra que nos ayudarán a regular mucho nuestro sistema digestivo.
En los últimas días, se ha viralizado en redes sociales la dieta del huevo, en la que se consumen verduras y ciertas frutas. Al parecer, es un plan que consiste en incluir huevos en, al menos, una comida al día.
Más detalles
Y es que son muy ricos en proteínas, grasas saludables, aumentan la sensación de saciedad y son muy bajos de calorías. Además de huevos, se permiten:
- Proteínas magras: pollo, pavo, solomillo y pescado, incluidos atún, salmón y bacalao.
- Algo de pan.
- Frutas bajas en azúcar natural: limones, naranjas y pomelos.
- Verduras de hoja verde (espinacas y rúcula) y otras verduras sin almidón (pimientos y champiñones).
Lo que no se puede comer, conviene señalar, son productos lácteos (yogur, leche y queso), cereales (pasta y avena), carnes procesadas (salchichas y tocino), verduras con almidón (guisantes y maíz), alimentos y bebidas con azúcar añadido y frutas con grandes cantidades de azúcar natural.