La hipertensión o tensión elevada muchas veces pasa desapercibida al apenas presentar síntomas visibles, pero no tratarla puede conllevar problemas más graves de salud como enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. Factores como la edad, antecedentes familiares, el sobrepeso, el consumo de alcohol o tabaco o altos niveles de estrés pueden contribuir a la existencia de esta afección.
Aunque no es frecuente presentar síntomas, en muchas ocasiones puede manifestarse con dolores de cabeza, visión borrosa o dolor en el pecho. Un estilo de vida saludable ayuda a evitar la tensión elevada, sin embargo, existen determinados alimentos que son especialmente beneficiosos para tratarla, entre los que se encuentra uno de los más populares: el chocolate.
Mejora los niveles de colesterol
El chocolate se obtiene a través de la mezcla de la masa del cacao y la manteca del cacao con azúcar, una combinación a partir de la cual se elaboran las múltiples versiones de este alimento. Si bien, en este caso lo más recomendable es consumir chocolate negro, con un alto porcentaje de cacao y sin azúcares añadidos.
Según algunas investigaciones, los flavonoides y la teobromina se han vinculado a una mejora de la función de los vasos sanguíneos, una presión arterial más baja y un menor riesgo de enfermedades cardíacas, en personas con y si problemas de salud preexistentes. Asimismo, este alimento ayuda a mejorar los niveles de colesterol, estimula la función cerebral y presenta antioxidantes beneficiosos para la piel.
Lo más aconsejable según los nutricionistas es consumir chocolate con un porcentaje por encima del 70% de cacao, si bien, en niveles muy altos que se acercan al 90%, el sabor es mucho más amargo, por lo que puede que no guste tanto. Por esta razón, recomiendan aumentar progresivamente el porcentaje, para ayudar a adaptar al paladar.
Presión óptima
"Hemos descubierto que el consumo puede reducir significativamente, aunque de forma modesta, la presión arterial en personas con presión alta, pero no en personas con presión arterial normal", matiza Karin Ried, doctora de la Universidad de Adelaida (Australia) a la revista SurreyLive.
Los niveles óptimos de presión arterial —sistólica y diastólica— se sitúan entre 110-134 y 77-85. En cambio, en personas de edades más avanzadas los desajustes en la presión arterial suelen ser más habituales, de ahí la importancia de tener un control más exhaustivo. En estos casos, los números se sitúan entre 121-147 y 83-91.
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