
Aunque los caldos son los platos por excelencia del invierno se pueden incorporar a la dieta habitual ya que aportan múltiples beneficios. Y es que los caldos caseros son muy saludables y aportan muchos nutrientes a nuestro organismo. A continuación te contamos los más saludables y fáciles de elaborar.
¿Qué caldo es más sano?
El caldo de pollo es uno de los caldos más nutritivos. El caldo de pollo contiene hierro presente en la carne, minerales y proteínas. Además, esta elaboración se realiza incluyendo verduras, por lo que ofrece las mismas propiedades que los caldos de verduras.
En general, cualquier caldo casero es sano ya que su base es líquida con verduras y la grasa que lleva depende de los ingredientes que se hayan incluido en la elaboración.
El caldo casero siempre será la mejor opción tanto en sabor como si buscamos que sea saludable, pero algunos caldos del mercado también cuentan con buenos ingredientes y ofrecen la facilidad de no tener que cocinarlos. La Organización de Consumidores de España (OCU) ofrece una serie de consejos sobre cómo elegir el caldo más saludable del supermercado.
Tipos de caldos que existen
La variedad de caldos que existen en la actualidad son inmensas y varían en función de los ingredientes que se incluyan.
En la actualidad existen dos tipos de caldos:
- Caldos de fondo blanco: estos caldos están elaborados con ingredientes crudos que se cocinan durante el tiempo de cocción del caldo. Entre los ingredientes más comunes están el pollo, gallina u otras aves, pescado blanco, restos de marisco u hortalizas.
- Caldos de fondo oscuro: en este caso los ingredientes están previamente horneados, tostados o rehogados lo que le da el final de caldo oscuro. No es el caldo más habitual y suele utilizarse como base para salsas, estofados y sopas.
De estos dos tipos de caldos nacen otros derivados:
- Consomé: esta es una sopa elaborada a partir de caldo concentrado y sin grasa.
- Sopas: las sopas están elaboradas a partir de los caldos comentados, pero incluyen guarniciones como hortalizas, carnes o pescados, pasta, pan, arroz, etc.
- Cremas: las cremas son un tipo de sopa en la que los ingredientes se trituran para obtener un mayor espesor.

¿Qué tan saludable es el caldo de pollo?
El caldo de pollo contiene ingredientes que aportan vitaminas A y C por la variedad de vegetales con los que se prepara. Además de todos los nutrientes que nos aporta el pollo.
El caldo de pollo aporta muchos beneficios a nuestro organismo. El caldo de huesos de pollo ayuda a la digestión gracias a la gelatina que atrae y retiene líquidos. Otro compuesto que se extrae del cartilago del hueso es beneficioso para nuestras articulaciones. Los aminoácidos presentes en esta elaboración tienen efectos antiinflamatorios.
Los caldos caseros más fáciles de hacer
Lo principal que se debe saber a la hora de elaborar un caldo es conocer los ingredientes concretos que se van a utilizar. Los más habituales son los siguientes:
- Caldo de pollo: el caldo de pollo se realiza con restos de carne de ave junto con verduras y hortalizas.
- Caldo de verduras: los caldos de verduras son aquellos en los que no se incluyen proteína ya que se realizan simplemente con verduras. La verdura u hortaliza que se incluya en la receta varía de unos a otros, pero siempre habrá alguna de las siguientes: cebolla, puerro, zanahoria o apio.
Estos dos caldos podríamos decir que son los más sencillos de realizar. Bastará con incluir en una olla todos los ingredientes que hayamos decidido con agua y calentar. La cantidad de ingredientes dependerá del sabor más o menos fuerte que queremos en la elaboración final.