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Las personas que se sienten de 40 a los 70 nunca hacen estas 8 cosas que silenciosamente te hacen envejecer más rápido

Pareja mayor. Foto: Canva

El ajetreo del día a día y la tensión continua en el trabajo puede tener efectos negativos en la manera en la que se envejece. No se trata de genética ni de suerte, sino que lo que haces y dejas de hacer afecta directamente a la persona en la que te conviertas, por lo que los métodos que adoptes ahora empiezan a contar ya.

A fondo

No son pocos los estudios que se han dedicado a analizar ciertos comportamientos que parecen inofensivos. No se trata de hacer dietas extremas o ejercitarse a cada momento, son hábitos, rutinas, que poco a poco sientan las bases para que empieces a tener tu edad real y, con el tiempo, te llegues a sentir todavía más joven.

No se trata de vivir muchos años, sino de la manera en la que llegamos a la vejez. Es por ello que los expertos en estilo de vida seleccionan estos 8 hábitos que, casi sin darte cuenta, te mantienen joven.

Ignorar el estrés

El gran mal de nuestro día a día. El estrés se encuentra en todas partes y nuestro bienestar general depende mucho de la manera en la que lo gestionamos. Sin embargo, aquellas personas que no cuentan con estas herramientas y son superadas por las circunstancias ven acelerado su envejecimiento biológico.

Blackburn junto con Elissa Epel, ganadoras del Premio Nobel de Medicina 2009, realizaron un estudio pionero en el que mostraron que este estrés crónico acorta los telómeros (extremos de los cromosomas que protegen la información genética) y así se acelera el envejecimiento celular.

Esto no quiere decir que se deba fingir que todo va bien, sino que hay que buscar herramientas para gestionarlo y no permitir que se instale definitivamente. Es un sentimiento más de la vida, pero no debe ser el principal.

Solo caminar

Mantener el cuerpo activo y caminar un poquito está muy bien, pero no es ni de lejos suficiente. Las personas que mejor están a los 70 se esfuerzan por acelerar su ritmo cardíaco a propósito. No es cuestión de entrenar como si fueras a las olimpiadas, pero sí que hay que dar más.

Un estudio del King's College of London determinó que hacer ejercicio intensos regularmente mantiene a la persona biológicamente más sana (hasta nueve años en comparación con aquellos sedentarios).

Dar vueltas en la cama

Los dos siguientes puntos están muy relacionados: la calidad del sueño. Ya te dicen que hay que desconectar de la luz azul una hora antes de ir a dormir. Sin embargo, la cosa empeora cuando estás dando vueltas en la cama y de vez en cuando echas un vistazo al móvil. ¿Inofensivo? No lo es tanto.

El problema es que este tipo de alteración de la luz azul no solo te deja aturdido, sino que también afecta la capacidad del cuerpo para regular todo, desde el estado de ánimo hasta el metabolismo.

No dar importancia al descanso

Escatimar horas de sueño es una de las peores cosas que se puede hacer, aunque no tenga un cambio significativo en la energía del día a día. Esto hace que se acelere el envejecimiento mucho. Dormir mal dificulta la regulación del peso, el estado de ánimo y la memoria.

Es por ello que se recomienda tomar una serie de medidas para evitar esto:

  • Poner límites a la ingesta de cafeína
  • Hacer rutinas de relajación
  • Poner una hora fija para ir a dormir

Contener la emociones

"La represión emocional, consciente o inconsciente, impone una gran carga sobre el cuerpo", explica el experto en medicina y escritor canadiense Gabor Maté. En su libro Cuando el cuerpo dice no profundiza en esta idea de que la supresión de emociones, en especial la ira, el dolor o la tristeza, repercuten negativamente y se pueden somatizar manifestándose como enfermedades físicas.

Las personas que cuando llegan a la vejez tienen la vitalidad de un joven no ocultan nada y no consumen energía en el desgaste emocional que supone quedarse para ellos sus emociones. Las escuchan, las procesan y las dejan fluir. De esta honestidad emocional sacan también un aprendizaje vital.

No tener control de la vida

En ocasiones la vida puede parecer un eterno día de la marmota. Repitiendo una y otra vez lo mismo. Con esto no se quiere restar importancia a la rutina, pero cuando los días parecen una copia del anterior el cuerpo se empieza a estancar.

El psiquiatra Norman Doidge, autor de El cerebro se cambia así mismo, popularizó la neuroplasticidad del cerebro. Esto es la capacidad que tiene para renovarse con el aprendizaje y los nuevos retos. Por ello en sus libros profundiza en la idea de que empezar a desarrollar nuevos conocimientos mantiene joven la red neuronal.

No escuchar a su cuerpo

Sentir dolor, tensión o cansancio son algunos mensajes que prácticamente nos envía nuestro cuerpo a todas horas. Se tratan de señales que muchas veces son ignoradas. Algo que se pasará, se suele decir. Sin embargo, seguir forzando al cuerpo retrasa la curación y empeora el daño que se ha hecho.

Las personas de 70 años que parecen tener 40 no se engañan a sí mismas. Consideran el descanso, la hidratación y el cuidado físico. De esta manera, si se tienen que estirar porque les duele la espalda lo hacen.

No es mimarte, simplemente respetar aquello que te mantiene vivo.

No persiguen la perfección

Todos estos consejos que nos llegan por parte de la ciencia son estupendos, pero hay que ser realista. La ambición es buena, pero si el objetivo es muy grande o muy estricto puede agotador. Eso también envejece.

Es por ello que hay que seguir trabajando duro y ser constante, pero también tener tiempo para descansar. Para Brené Brown, investigadora de la Universidad de Houston, "el perfeccionismo no es lo mismo que esforzarse por ser mejor. Es la creencia de que si somos perfectos evitaremos el dolor de la crítica o la vergüenza".

Se trata de una forma de estrés autoimpuesto que agota y no permite estar en paz con uno mismo.

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