
Muchas veces podemos estar atravesando etapas de estrés casi sin darnos cuenta, como si estuviéramos en "piloto automático", sin embargo, el cuerpo es muy sabio y tiene sus propias formas de comunicarnos que está atravesando por un periodo de cortisol alto (también conocida como la hormona del estrés), y una de ellas es a través de nuestras posturas a la hora de dormir, que muestra la tensión acumulada en nuestro interior.
Según informan profesionales del Instituto NOA, algunas posturas como dormir con los puños apretados y las manos torcidas junto a nuestra cara o con la mandíbula muy apretada (conocido como bruxismo) son dos de los grandes indicadores, pero no los únicos.
Existen posturas a la hora de dormir menos conocidas, pero que nos transmiten exactamente el mismo mensaje: cruzar los brazos alrededor de nuestro torso, poner las manos en la nuca o poner los brazos por encima de nuestra cabeza son otras 3 posturas que indican alto cortisol.
Para reducir los niveles de cortisol, especialmente por la noche, es importante tener una rutina bastante regular y controlada las horas previas al momento de meternos en la cama, ya que son nuestra "preparación" antes del sueño.
Usar luces rojas, cenar pronto y ligero y evitar mirar el móvil o pantallas al menos 30 minutos antes son tres remedios sencillos que nos ahorrarán dormir en tensión. Leer un libro antes de dormir es también una opción muy adecuada.
Además, otros hábitos como la meditación o el deporte, regularán estos niveles de cortisol, y por tanto, reduciremos el estrés que nos lleva a dormir mal.