
Se trata de un caso clínico real y de una demostración de que una mala gestión de la diabetes puede conllevar multitud de consecuencias, entre ellas algunas físicas, como es el de este paciente, que acabó con una doble masa abdominal a ambos lados, bajo su ombligo, por un mal control de la enfermedad.
Es el caso de un paciente diabético tipo 2, insulino dependiente (su tratamiento son inyecciones de insulina) con un mal control de la enfermedad (hemoglobina glicosilada de 9,1%) y con una gran variabilidad glucémica, presentando episodios frecuentes de hipoglucemias.
Estas masas a ambos lados de su abdomen se conocen como lipodistrofias y en este caso se trata de una lipohipertrofia asociada a una mala gestión de la insulina subcutánea, concretamente por inyectarse siempre la medicación en la misma zona y reutilizando agujas.
Además de la evidente deformación física, las lipodistrofias impiden la absorción correcta de la insulina, favoreciendo aún más a una peor gestión de la enfermedad.
En puntos tan avanzados, la única opción que queda para recuperar la normalidad es someterse a una intervención quirúrgica, tal y como indica el enfermero y divulgador 'Don Sacarino' (Adrián Díaz).
Así pues, recuerda a todas las personas insulino dependientes la importancia de rotas las zonas de pinchado y de cambiar la aguja tras cada inyección, para evitar llegar a estos extremos.