Los órganos son esenciales para el funcionamiento del organismo por lo que hay que mantenerlos sanos y limpios para su correcto funcionamiento. El hígado es uno de los fundamentales de nuestro cuerpo, se encarga de filtrar las toxinas del cuerpo y de procesar los nutrientes de los alimentos y bebidas.
Para limpiar este órgano hay que eliminar las toxinas y las sustancias nocivas que se acumulan en él. Así, se evita que haya fallos en su funcionamiento y que se surjan enfermedades hepáticas. A continuación, algunas de las formas de limpiar el hígado.
Beber agua
Esto es imprescindible para expulsar estas toxinas y desechos del cuerpo. El agua interviene en diversas funciones básicas de este órgano. Se recomienda beber entre 1,5 o 2 litros diarios para que el cuerpo esté hidratado y se depure. Al beber agua se disuelven los nutrientes, se facilita la circulación sanguínea y la secreción de bilis.
Comer frutas y verduras.
Estas poseen antioxidantes que inhiben de la acción de los radicales libres y las moléculas que se relacionan a desarrollar enfermedades. La cebolla, el ajo, el aguacate, los espárragos, la manzana y la papaya son las más recomendadas. Además, para estimular la producción de enzimas que ayudan a eliminar toxinas del cuerpo, lo mejor es comer brócoli, col, coliflor, rábano o rúcula.
Comer cereales integrales
Tienen fibra y micronutrientes que mejoran el funcionamiento del hígado y ayudan al metabolismo de los lípidos hepáticos. Se previenen enfermedades como el hígado graso. La avena, el arroz y la harina integral son los mejores cereales para ello.
Evitar grasas saturadas
Su consumo está muy vinculado con las enfermedades hepáticas. Lo ideal es sustituirlas por grasas saludables como el Omega 3. Tomar algunos alimentos como frutos secos, mariscos, vegetales verdes y pescados grasos ayuda a la función del tejido adiposo y el metabolismo de los lípidos hepáticos.
Hacer ejercicio
Practicarlo es sinónimo de buena salud. Tiene beneficios al hígado y mejora en enfermedades como el hígado graso.
No seguir dietas estrictas
Hacer dietas basadas solo en un grupo de alimentos o cambiar alimentos por suplementos no es nada saludable. Al hacerlo, el hígado no se limpia y se puede ocasionar otras afecciones.
Tener cuidado con los medicamentos
Diversos medicamentos con receta tienen efectos secundarios que son dañinos para la salud hepática. Los analgésicos de venta libre, sobre todo los que tienen acetaminofén, que se consumen en demasía pueden relacionarse con fallos hepáticos. Los antibióticos son también peligrosos. Tener cuidado si se mezclan con alcohol.