
La demencia es una de las enfermedades más comunes en el mundo. Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer. En más de un 65% de los casos, en mujeres, y en un 90%, en personas mayores de 65 años. En todo caso, la SEN estima que el tiempo que discurre entre la aparición de los primeros síntomas la enfermedad y se obtiene un diagnóstico puede superar los 2 años.
Afortunadamente, expertos del mundo entero trabajan a diario para encontrar solución a este problema y para definir los síntomas principales que permitan una detección temprana. Investigadores del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), informan que los cambios más notables de este daño cerebral aparecen en los inicios de la misma y van más allá de la pérdida de memoria.
La importancia de la detección temprana
La NHS deja claro que "los distintos tipos de demencia pueden afectar a las personas de manera diferente y cada uno experimentará los síntomas a su manera. Sin embargo, existen algunos síntomas tempranos comunes que pueden aparecer tiempo antes del diagnóstico de demencia." Esta sintomatología suele ser leve y empeorar gradualmente, pero es fundamental prestar atención a la degeneración.
Desde Alzheimer's Research UK aclaran que "aunque la mayoría de personas mayores no desarrollan demencia, los afectados suelen ser personas mayores de 65 años. Pese a que no existe ninguna cura, sí que es posible reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad. Incluso las personas que padecen demencia pueden actuar para reducir los síntomas."
Dos síntomas iniciales de demencia
Aunque los problemas relacionados con la pérdida de memoria son los más comunes y conocidos en relación a esta enfermedad, hay otros, que aparecen en la fase inicial de la misma y que pueden ser fundamentales para recibir un diagnóstico. El primero de ellos es "tener dificultades para realizar tareas cotidianas habituales, como confundirse con el cambio correcto al hacer las compras."
Este comportamiento suele ir acompañado de bruscos cambios de humor e irritabilidad, y juntos forman los dos síntomas iniciales de la demencia temprana. Es importante recalcar que no todos los casos en los que esto ocurra implican directamente demencia, pero si estas situaciones se repiten con frecuencia, es recomendable acudir al especialista para encontrar la raíz del problema.
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