El programa L'Oréal-UNESCO 'For Women in Science' celebró la pasada semana en el Teatro Real de Madrid la 19ª edición de sus 'Premios a la Investigación' en España. Dotados con una beca de 15.000 euros para cada proyecto, estos galardones -que forman parte del programa que cumple 25 años en nuestro país- tienen como objetivo reconocer el liderazgo femenino en el ámbito científico.
Presencia destacada
Más allá de las figuras del ámbito científico, académico e institucional que se dieron cita, el evento contó con la presencia de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. "El talento femenino hace que la ciencia tenga una mirada más amplia y genera rentabilidad y productividad económica", manifestó nada más empezar su discurso.
Y aportó varios datos para tener una perspectiva más amplia de este sector. En concreto, las científicas representan el 33,3% del personal investigador global y menos del 4% de los premios Nobel en ciencia han sido otorgados a mujeres. En nuestro continente, apenas el 11% ocupa cargos de liderazgo en investigación. Se dice pronto.
La verdadera protagonista
Pero no quiso desviar la atención de las verdaderas protagonistas: las científicas galardonadas. De hecho, se refirió a todas como "nuestro mejor talento". Entre ellas, se encontraba Carolina Villarroya (Zaragoza, 1987), del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC) y con quién pudimos pasar un agradable rato nada más terminar el acto.
Ella busca nuevas inmunoterapias contra el cáncer a partir de una cosa que debemos tener en cuenta: los tumores suelen tener células con un número anómalo de cromosomas. De ahí que su objetivo sea entender cómo el sistema inmunitario puede reconocer estas células para diseñar terapias más precisas.
"La base del proyecto consiste en aprovechar esta característica especial que tienen los tumores y utilizarla como dianas en terapias dirigidas frente al cáncer. Entonces, para esto lo que vamos a hacer es estudiar todos los mecanismos a través de los cuales el sistema inmune reconoce estas células aneuploides. Vamos a intentar explotar el conocimiento para generar nuevas terapias. ", ha relatado la experta a 'elEconomista.es'
¿Y por qué esta alteración es tan significativa en el desarrollo del cáncer? Pues bien, está claro: las células tumorales tienen una característica especial que se llama inestabilidad cromosómica que hace que cometan continuamente errores en el proceso de de de separación de los cromosomas.

En profundidad
De ahí su explicación: "A veces estos errores son deletéreos y esas células desaparecen. Pero a veces estos errores suponen una ventaja y este clon en concreto, esta célula evoluciona y repuebla todo el cáncer. Esa es la 'fuerza' motriz del cáncer, cómo evoluciona en las distintas etapas".
Claro está, lo que quieren investigar es cómo puede el sistema inmunitario detectar esas anomalías cromosómicas y qué mecanismos están involucrados. Hasta la fecha, presentan evidencias científicas de que, "cuando se produce una anomalía cromosómica, existen cambios en el metabolismo -expresión de moléculas de estrés- donde se expresan varias moléculas distintas" y el sistema inmune tiene mecanismos para reconocer estos estos metabolitos alterados y estas moléculas de superficies diferentes.
A diferencia de la quimioterapia, que se basa en matar a las células en general, es menos tóxico por matar específicamente a las células tumorales por expresa algún antígeno o proteína en concreto, un metabolito en nuestra hipótesis. O lo que es lo mismo, es "menos agresiva".
Este tipo de terapias dirigidas y personalizadas son "el futuro" del tratamiento contra el cáncer, un grave problema de salud y una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial: alrededor de 10 millones de personas fallecen de cáncer en el mundo, más de 100.000 en España.