
En Europa, podrían llegar a evitarse hasta 250.000 muertes al año desde la actualidad hasta 2050 si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, según un estudio elaborado por un equipo de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y publicado en la revista Earth's Future.
Más allá de una mitigación del cambio climático, esto también supondría una reducción de la mortalidad debido a la calidad del aire, así como las desigualdades de la mortalidad por la calidad del aire en las zonas más desfavorecidas de Europa. "Las estrategias que adopten los responsables de las políticas para mitigar el cambio climático tendrán implicaciones considerables para la exposición humana a la calidad del aire, y una de las más importantes es el número de muertes", señala Connor Clayton, de la Escuela de Tierra y Medio Ambiente y el Centro Priesley para el Futuro del Clima.
"También es urgente que consideren la persistente desigualdad de exposición entre las poblaciones más ricas y las más desfavorecidas, que sigue siendo un problema de que la contaminación atmosférica se ha reducido en toda Europa", concluye Clayton.
Causa de muerte prematura en el mundo
Una de las principales causas de muerte prematura en el mundo es la mala calidad del aire, puesto que todos los órganos pueden verse afectados por esta, según explicó la Organización Mundial de la Salud. Entre los efectos de esta contaminación destacan algunos como los accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, enfermedades del corazón, cáncer, neumonía, diabetes, deterioro cognitivo, demencia y enfermedades neurológicas. En el caso de mujeres embarazadas, esto puede dar lugar a un bajo peso al nacer.
En la investigación se analizaron tres escenarios con niveles bajos, medios y altos de acción para combatir el cambio climático, lo que descubrió que las regiones más desfavorecidas tenían tasas de contaminación más altas que las menos desfavorecidas. Como resulta obvio, un alto nivel de acción conduciría mejoras en la calidad del aire de todo el continente y con ello una menor mortalidad.
"Este trabajo proporciona evidencia de que existen beneficios directos para la salud al avanzar hacia una economía baja en carbono. Los contaminantes atmosféricos y los gases y aerosoles que provocan el calentamiento global son lo mismo; son prácticamente dos caras de la misma moneda. Fue especialmente positivo ver quienes más sufren la contaminación atmosférica son quienes más se benefician actualmente de los beneficios del camino hacia un mundo cero emisiones netas", sentenció Jim McQuaid, director de la investigación.
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