
El plan de Arabia Saudí para recuperar el mercado de petróleo (recuperar cuota) ya está en marcha. No solo eso, ya se pueden divisar las primeras víctimas de esta estrategia. El líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha promovido un giro de timón en la estrategia del cártel: de los recortes de producción a la producción masiva. Este plan ha dado sus primeros pasos con los recientes anuncios del cártel en los que se ha propuesto incrementar la producción de crudo en 411.000 barriles diarios (tres veces más de lo previsto), un movimiento para deshacer años de recortes. La cuestión es que este movimiento llega en un momento en el que el mercado se encontraba ya bien abastecido gracias a todo el petróleo que bombea América (EEUU, Canadá, Guyana…). El resultado es un precio del petróleo que cae en picado y que se está llevando por delante a sus primeras víctimas: algunas petroleras de EEUU ya están echando el freno en la Cuenca Pérmica.
El precio del crudo West Texas está cotizando en la zona de los 58-59 dólares por barril tras sufrir una caída del 19% desde principios de año. Estos niveles ya no incentivan la inversión para encontrar nuevos barriles en Estados Unidos y ni siquiera para perforar donde se sabe que hay petróleo. A esos niveles, solo son rentables en la Cuenca Pérmica los pozos que ya están perforados y que están en funcionamiento, sobre todo los más productivos. De este modo, el plan de Arabia Saudí y sus aliados de la OPEP para recuperar cuota de mercado y expulsar a los productores menos eficientes ha comenzado a cobrarse sus primeras víctimas: la inversión de algunas petroleras de la Cuenca Pérmica.
La primera víctima fue Matador Resources, con sede en Texas. Esta fue la primera empresa de cierta relevancia en anunciar un recorte en su actividad de perforación hace un par de semanas. La compañía anunció que planea retirar uno de sus nueve equipos de perforación a mediados de 2025, lo que implicará un ajuste de 100 millones de dólares en su presupuesto de inversiones de capital para este año. Esta decisión se produce en un contexto de fuerte corrección en los precios del crudo, iniciada a comienzos de abril y que ha tenido continuidad.
La firma ha señalado que mantendrá un enfoque flexible ante la evolución del mercado. En un comunicado difundido el miércoles, Matador explicó que podría reducir aún más su actividad en función de la volatilidad del mercado y el entorno macroeconómico. Esta postura refleja la creciente incertidumbre que atraviesa el sector del fracking, que depende en gran medida de unos precios estables para mantener la rentabilidad de nuevos pozos.
Matador no ha sido la única firma que ha dado la señal de alarma por los bajos precios del crudo. Diamondback Energy, el mayor productor independiente de la Cuenca Pérmica, también ha alertado de los problemas que está generando el descenso de los precios para los productores de crudo de esquisto en Estados Unidos. En su última carta a inversores, la compañía advierte del daño que está provocando la estrategia de la OPEP+ en sus cuentas, por el descenso de los precios del crudo que está generando, en un momento en el que, además, la industria del fracking estadounidense no está logrando mejorar su productividad.
"En la última década, el coste de producción por barril producido en Estados Unidos ha aumentado", destacan. "Los obstáculos geológicos superan los beneficios que se consiguen por las mejoras de la tecnología y de eficiencia operacional", reconoce Diamondback. Y avisan de cómo "la industria de producción de petróleo en Estados Unidos está en un punto de inflexión en los precios actuales de la materia prima". La combinación de precios bajos del petróleo junto al agotamiento de los pozos más productivos de la Cuenca Pérmica parece haber puesto un techo a la industria del fracking en el país.
La advertencia de Diamondback está teniendo eco en otras firmas más pequeñas, como Coterra Energy, que ha anunciado un recorte de sus inversiones para 2025, desde los 2.400-2.100 millones de dólares, hasta los 2.300-2.000 millones, y anuncia que sus pozos operativos se reducirán, de 10 a 7 en los próximos meses.
Cada vez hay menos pozos abiertos
Diamondback ya ha hecho cálculos de cómo está impactando el descenso de los precios en los equipos dedicados a los pozos de fracking. "A medida que los precios caen, como pasó el mes pasado, esperamos que la actividad se frene y que la producción de petróleo caiga. Ahora estimamos que la fuerza de trabajadores en la industria del fracking ha caído cerca del 15% este año, y un 20% en la Cuenca Pérmica, y en ambos casos esperamos que haya mayores descensos", indica la compañía. Además, espera que "el número de pozos operativos en EEU caiga un 10% hasta el cierre del segundo trimestre, y que continúe cayendo en el tercero", indica.
Este descenso se enmarca en un proceso similar, pero de más largo plazo, que lleva varios años produciéndose. La petrolera Baker Hughes contabiliza el número de pozos operativos en Estados Unidos, y muestra cómo, desde noviembre de 2022, los pozos abiertos en el país se han reducido, desde los 627 que se mantenían entonces, hasta los 479 actuales. Esta última cifra se queda por debajo de la media que ha habido en el país desde 1987, de 500 pozos operativos.
Cabe recordar que el petróleo de esquisto, también conocido como shale oil, es un tipo de crudo no convencional que se encuentra atrapado en formaciones de roca sedimentaria de grano fino, como el esquisto. A diferencia del petróleo convencional, que fluye con facilidad hacia los pozos, el de esquisto requiere técnicas especiales para ser extraído debido a la baja porosidad y permeabilidad de la roca. En Estados Unidos, su obtención se realiza principalmente mediante la combinación de dos tecnologías: el fracking y la perforación horizontal. Esta técnica consiste en inyectar a alta presión una mezcla de agua, arena y aditivos químicos para fracturar la roca y liberar el petróleo, permitiendo así su ascenso a la superficie. Gracias a esta revolución tecnológica, Estados Unidos ha pasado en pocos años de ser un importador neto de crudo a convertirse en el mayor productor mundial de petróleo.
EEUU ha fiado su ascenso entre los grandes países productores a este tipo de crudo que abunda en la prolífica Cuenca Pérmica, lo que que ha multiplicado la producción de EEUU, que en pocos años ha pasado de producir unos 6 millones de barriles diarios a superar los 13 millones de barriles actuales. Ahora, la caída en picado del petróleo amenaza frontalmente a este tipo de petróleo, al menos la inversión para producir más. Desde JP Morgan escribían en un informe reciente la gran amenaza para la producción de crudo en Estados Unidos no es la falta de petróleo, sino más bien el precio al que se venda.
El riesgo de un estancamiento
"A un precio del West Texas de 60 dólares, la producción de petróleo estadounidense probablemente se estancará, mientras que, a 50 dólares, directamente se reducirá con la actual estructura de costes", aseguran los analistas de JP Morgan Commodities. El precio del crudo se encuentra por debajo de esta zona. El West Texas cotiza en los 59 dólares por barril este martes tras. La elevadísima volatilidad en los precios del 'oro negro' tampoco ayuda a los productores de crudo americanos que necesitan cierta estabilidad y previsión para invertir, por lo que la hipótesis del estancamiento de la producción sigue presente por ahora.
Las previsiones del banco estadounidense encajan con la estimación que lanzó en el mes de abril la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que destaca cómo "el descenso de los precios del petróleo ha sacudido la parcela del esquisto estadounidense, con las empresas argumentando que necesitan un barril en 65 dólares, de media, para poder perforar nuevos pozos de forma rentable", explica. De este modo, los precios que hay ahora en el mercado del crudo no son suficientes para que la industria del fracking estadounidense mantenga su ritmo de crecimiento.