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Histórico descubrimiento de petróleo en un mar casi inexplorado: miles de millones de barriles de crudo y un polémico contrato

  • El hallazgo podría alcanzar los 20.000 millones de barriles comercialmente viables
  • El contrato otorga a Turquía el 90% de los derechos sobre todo el petróleo
  • Las críticas por el controvertido contrato han opacado el anuncio del hallazgo

Existían ciertas sospechas de que las aguas de Somalia podían albergar un gran tesoro en forma de petróleo. Su situación geográfica, lindando con una de las zonas del mundo más ricas en petróleo, había generado gran expectación. Por ello, Turquía se lanzó rápidamente a firmar un acuerdo con Somalia para explorar sus aguas y ver si había petróleo. Hoy, todo hace indicar que esta exploración ha tenido un éxito más que notable. Según han revelado ambas partes se habrían encontrado miles de millones de barriles de petróleo, lo que supondría uno de los mayores descubrimientos de petróleo en los últimos tiempos. Aunque este hallazgo puede suponer un antes y un después para Somalia, el debate se está centrando en el acuerdo firmado con Turquía, que algunos analistas consideran excesivamente abusivo.

Somalia es considerado como uno de los países más pobres del mundo en términos de renta per cápita y el menos desarrollado de todo el planeta, según el Índice de Desarrollo Humano que realiza a la ONU de forma anual. Décadas de guerra civil, nefasta gestión de los recursos y fragmentación política han convertido a este país en una suerte de Estado fallido, dominado por bandas criminales, señores de la guerra y piratas (muchas veces interrelacionados), en el que casi siete de cada diez personas viven en la pobreza. Esta extrema situación ha llevado a que Somalia sea conocido a nivel mundial como el país de los piratas. Aunque la situación está lejos de mejorar a corto plazo (en los últimos meses la piratería parece estar resurgiendo), los mares que surcan estos piratas (aguas del Océano Índico) ocultan un tesoro mucho más valioso del que persiguen. Las aguas de Somalia forman parte de conocida como 'próxima frontera del petróleo' junto con parte de Sudamérica. Un territorio que hasta la llegada de la Turkish Petroleum Corporation era poco o nada explorado, según admiten los expertos. Nadie quería invertir y explorar en esas peligrosas aguas, aseguran fuentes de Somalia. Los turcos han asumido el riesgo y ahora quieren su recompensa.

Turquía ha comunicado que ha conseguido avances significativos en su exploración en estas aguas. Turkish Petroleum Corporation ha revelado a la prensa local y especializada que dos de los tres bloques petroleros que opera en la región cuentan con reservas comercialmente viables estimadas en 20.000 millones de barriles.

Estos descubrimientos hablan de petróleo crudo comercialmente viable (es cierto que los datos parecen exagerados, de ser comercialmente viables esos 20.000 millones de barriles habría crudo en Somalia para abastecer la demanda mundial casi un año), representan un punto de inflexión importante en el creciente interés de Turquía en Somalia y en el panorama energético de África Oriental en general. Para poner en contexto esta cifra, se estima que Guyana tiene alrededor de 11.000 millones de barriles de petróleo comercialmente viable. De ser fidedigno el hallazgo de la firma turca, el descubrimiento sería más que histórico.

Según informa BusinessInsider, los dos bloques petroleros piloto han obtenido rendimientos significativos, mientras el tercer bloque aún se encuentra en exploración y se espera que produzca petróleo comercial para agosto. El descubrimiento se produce en medio de la polémica surgida por el acuerdo de desarrollo petrolero firmado entre el gobierno somalí y Turquía el mes pasado. El acuerdo otorga a Turquía aproximadamente el 90% de los derechos de producción de petróleo y gas, sentando las bases para una cooperación energética a largo plazo entre ambos países.

En Somalia hay mucho petróleo

La posición marítima estratégica de Somalia y sus vastas reservas energéticas (estimadas en 6.000 millones de metros cúbicos de gas natural y hasta 30.000 millones de barriles de petróleo en alta mar) la han convertido en una prioridad para las crecientes ambiciones energéticas de Turquía.

El acuerdo bilateral sobre hidrocarburos viene de algo más atrás. El documento fue firmado el 7 de marzo de 2024 en Estambul por el ministro de Energía turco, Alparslan Bayraktar, y el ministro de Petróleo somalí, Abdirizak Omar Mohamed, ha llamado la atención por sus condiciones inusualmente favorables para Turquía. El acuerdo exime a las entidades turcas del pago de los costos iniciales habituales, como las primas de firma y las tasas administrativas, lo que otorga a Turquía libre acceso a los bloques de hidrocarburos somalíes.

Más sorprendente aún, Turquía puede recuperar hasta el 90% de la producción anual de petróleo y gas como "petróleo de costo o coste" antes de compartir las ganancias, un porcentaje muy superior a las normas internacionales. Los ingresos de Somalia se ven limitados aún más por un modesto límite de regalías del 5%, que excluye el petróleo utilizado o reinyectado durante las operaciones. Turquía también se aseguró plenos derechos para exportar su parte de hidrocarburos a precios de mercado globales y retener todas las ganancias en el extranjero, lo que priva a Somalia de cualquier control sobre los flujos financieros.

Además, Turquía puede transferir sus derechos a terceros sin supervisión local ni necesidad de establecer presencia en Somalia. En esencia, el acuerdo otorga a Turquía un amplio control económico y operativo, lo que genera preocupación sobre los beneficios a largo plazo que Somalia obtendrá de la explotación de sus propios recursos energéticos.

Somalia defiende un acuerdo controvertido

En respuesta a las críticas generalizadas en torno al acuerdo, el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, lo ha defendido, destacando sus posibles beneficios para el país. Aunque Somalia aún no es reconocida como nación productora de petróleo, los estudios geosísmicos indican que el país podría poseer hasta 30.000 millones de barriles de reservas de petróleo y gas.

Desbloquear estos recursos será un proceso a largo plazo, ya que la exploración exhaustiva suele tardar de tres a cinco años, y la producción solo comienza una vez concluida esa etapa. Antes del colapso del gobierno central en 1991, importantes empresas internacionales de petróleo y gas habían firmado acuerdos de exploración en Somalia, pero estas compañías se retiraron ante el estallido de la guerra civil y la prolongada inestabilidad.

Según el presidente Mohamud, la alianza con Turquía constituye un hito histórico que impulsará la exploración oficial del sector energético aún sin explotar de Somalia. "La exploración petrolera ya se está realizando en alta mar", afirmó. "Ahora, con este acuerdo, la exploración comenzará en las zonas costeras de Somalia".

Enfatizó que Turquía no recibió un trato preferencial, sino que fue la primera en demostrar un compromiso genuino con la inversión en Somalia. "No se trata de favorecer a Turquía", añadió. "Más bien, Turquía es la primera en dar un paso al frente y mostrar un compromiso real con la inversión".

El analista somalí Ismail D. Osman, Exdirector adjunto de la Agencia Nacional de Inteligencia y Seguridad de Somalia, también defiende con firmeza el acuerdo petrolero en una columna reciente en Modern Diplomacy entre Somalia y Turquía, argumentando que, lejos de representar un expolio, se trata de una decisión estratégica adecuada para un país sin experiencia previa en producción de crudo. Uno de los puntos más controvertidos del contrato —la recuperación de costes del 90% por parte de Turquía— no es una concesión injustificada, sino una práctica estándar en mercados petroleros emergentes. Como explica Osman, "Turquía está poniendo en riesgo su propio capital, no el dinero de Somalia", y una vez recuperada esa inversión inicial, la participación somalí en los beneficios se eleva al 70%, una proporción superior a la de países productores más consolidados como Nigeria o Ghana. En este sentido, Osman subraya que los términos acordados por Somalia "se encuentran entre los más favorables del continente africano".

Otro de los puntos que el analista desmonta es la crítica por la ausencia de pagos anticipados o "bonos de firma". En lugar de exigir grandes sumas antes de descubrir petróleo, Somalia ha optado, según Osman, por un enfoque realista y sostenible, centrado en atraer inversión, tecnología e infraestructura a largo plazo. "Somalia eligió sabiamente construir riqueza duradera en lugar de buscar una ganancia rápida a corto plazo", asegura, comparando esta estrategia con la que permitió el auge petrolero de Guyana. Además, resalta que el Estado somalí no asume riesgos financieros: si no se encuentra petróleo o el proyecto fracasa, Somalia no debe asumir ninguna deuda ni pérdida.

Más allá del reparto de ingresos, Osman destaca otros beneficios clave del acuerdo, como la transferencia de tecnología, la financiación de proyectos comunitarios y la formación de trabajadores somalíes. También aclara que Somalia mantiene plena soberanía sobre sus recursos y que cualquier nuevo socio que se sume al proyecto deberá aceptar las condiciones establecidas por el gobierno somalí. Frente a quienes aseguran que el país ha perdido el control sobre su petróleo o ha comprometido su futuro, Osman concluye que este acuerdo "es un paso histórico hacia un futuro en el que la riqueza natural de Somalia beneficie verdaderamente al pueblo somalí".

Sea como fuere, lo cierto es que este histórico descubrimiento de petróleo podría ser el principio de la historia energética de Somalia, un país que no logra salir de una trampa de pobreza extrema que lleva décadas erosionando el bienestar de su población. El petróleo no parece la solución para países que sufren este tipo de problemas y una corrupción endémica, sin embargo, también es cierto que parece complicado que la situación pueda empeorar aún más.

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