
Unos investigadores de la Universidad de Nortwestern, en Estados Unidos, han desarrollado el marcapasos más pequeño del mundo, con un tamaño de 1,8 milímetros de ancho y 3,5 milímetros de largo, siendo más pequeño que un grano de arroz. Este dispositivo puede introducirse mediante una jeringa, consiguiendo así una aplicación segura y poco invasiva, según un estudio publicado en la revista Nature y que recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
Este aparato es especialmente idóneo para los recién nacidos con defectos cardíacos congénitos, aunque también puede emplearse en corazones de personas adultas. Para la instalación del marcapasos este ha de acoplarse al pecho del paciente, de forma que permita controlar la estimulación. Así, cuando se detecta un latido irregular emite un pulso de luz, capaz de penetrar en la piel y esternón del paciente, para activar el cardioversor que retome el ritmo correcto del corazón. Cuando este dispositivo deja de ser útil, los componentes se disuelven de forma natural.
Este estudio fue liderado por el pionero en bioelectrónica John A. Rogers y el cardiólogo Igor Efimov, el cual demostró la eficacia de este marcapasos en una serie de modelos animales grandes y pequeños, así como en corazones humanos de personas donantes ya fallecidas.
El proceso de desarrollo
"Hemos desarrollado lo que, hasta donde sabemos, es el marcapasos más pequeño del mundo", afirma Rogers, en un contexto donde la necesidad de estos dispositivos para pacientes recién nacidos "es crucial". Después de la instalación de este dispositivo, en solo siete días la mayoría de niños logran reparar su corazón.
El reducido tamaño de este dispositivo se logró conseguir buscando la fórmula para obtener la energía suficiente sin antenas receptoras ni cables, concretamente gracias a una celda galvánica capaz de transformar la energía química en eléctrica. En cuanto a su funcionamiento, este se hace gracias a unos rayos infrarrojos que penetran de forma segura en el cuerpo y detectan si hay una caída de la frecuencia cardíaca.
Uno de los fines de este dispositivo es cubrir la demanda de pacientes que necesitaban un cardioversor temporal hasta que esperaban uno permanente o para ayudarlos a restablecer su frecuencia cardiaca durante una recuperación.
Relacionados
- El "descanso despierto": esta es la manera ideal de mejorar el aprendizaje, según una reciente investigación
- Una investigación demuestra que los microbios convierten el CO2 en proteínas y vitaminas
- Una investigación demuestra que las dietas con menos azúcar se relaciona con una edad biológica más joven
- Una investigación española relaciona el ardor en la boca con alteraciones en los músculos o la falta de vitaminas