
Las proteínas, como bien todos sabemos, son los componentes más importantes para nuestro cuerpo, puesto que se sitúan en todas las células y participan en la formación de órganos, cerebro, glándulas, nervios, hormonas y enzimas. Es más, es el nutriente básico, el material de construcción que forma la estructura de nuestro organismo.
Funciones
Por ello, resulta más que esencial llevar a cabo una dieta rica en proteínas, ya que provocará lo siguiente:
- Producción de energía.
- Formación de hemoglobina de la sangre y de diversas enzimas.
- Formación y mantenimiento de los tejidos.
- Síntesis de anticuerpos que nos defenderán de infecciones.
A tener en cuenta
De hecho, cuando tenemos una carencia proteica estamos más débiles, apáticos y somos bastante más vulnerables a procesos infecciosos, debido a que nuestras defensas están más bajas. Eso sí, tampoco es bueno abusar de ellas, ya que el exceso también es perjudicial: pueden aparecer enfermedades renales, reumáticos, gota, acidificación de la sangre...
Y lo peor. Según un estudio de la revista 'Nature Metabolism', consumir más de un 22% de las calorías de la dieta en forma de proteína activaría a las células inmunes relacionadas con la formación de las placas ateroscleróticas en las arterias.
"Este trabajo muestra que aumentar la ingesta de proteínas en base a una mejor salud metabólica no es la panacea. Podría estar dañando de verdad a sus arterias", ha explicado de manera contundente Babak Razani, profesor de cardiología en la Universidad de Pittsburgh.
Recomendaciones
Cabe destacar que las proteínas deben consumirse en las cantidades diarias adecuadas a nuestras necesidades. Es decir, esto dependerá de nuestra actividad física, tipo de proteínas, tales como: proteínas de origen animal o proteínas de origen vegetal que se consuman, o la masa corporal que se posea.