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Las personas que necesitan tener la luz encendida para dormir por la noche tienen estos 8 comportamientos, según la psicología

El sueño es un factor muy importante para la salud. Fuente: Pexels.

Dormir adecuadamente, como todos sabemos, no es un lujo, sino una necesidad biológica fundamental para nuestra salud física y mental. Durante el sueño, de hecho, tanto el cuerpo como el cerebro llevan a cabo procesos esenciales que permiten a todos los seres humanos funcionar de manera correcta a lo largo del día.

Por lo general, la mayoría de expertos determinan que necesitamos entre siete y ocho horas de sueño cada noche. Solo un pequeño porcentaje de la población (alrededor del 2%) puede funcionar bien con menos horas. Dormir más de nueve o diez horas, podría ser señal de algún problema.

En profundidad

Las consecuencias de no dormir bien, en la actualidad, son más que visibles. A corto plazo, provoca falta de concentración, irritabilidad y bajo rendimiento. A largo plazo, hay un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, depresión y ansiedad.

De ahí que muchas personas, ante el ritmo frenético de la vida cotidiana, utilicen técnicas para descansar mejor y dormirse en cuanto se tumben en la cama. Hay quienes cierran los ojos y no necesitan más y hay otros que se ponen la televisión o requieren de luz para acelerar este proceso.

Lista completa

Al parecer, este tipo de personas comparten una serie de comportamientos, según la psicología:

  • Miedo a la oscuridad. Puede persistir en la edad adulta. La luz proporciona un sentimiento de absoluto control.
  • Dificultad para conciliar el sueño. Es una forma de mantener su mente activa y evitar pensamientos intrusivos que dificultan el sueño.
  • Mentes inquietas. Puede servir como una excelente distracción, necesaria para dejarse llevar por el sueño.
  • Ansiedad generalizada. Se trata de un modo de buscar seguridad y calma en un entorno percibido como amenazante.
  • Trastornos del sueño. Puede ser un síntoma de trastornos del sueño como el insomnio o la apnea del sueño.
  • Hábito adquirido. Se convierte en un hábito difícil de romper, incluso cuando ya no se siente la necesidad de hacerlo.
  • Mayor sensación de seguridad. Tener algo brillando cerca tuya puede ofrecer una sensación reconfortante de compañía.
  • Evita sueños perturbadores. La luz promueve una experiencia de sueño más serena.
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