
La miastenia gravis es una enfermedad neuromuscular crónica que afecta a los músculos y a la forma en la que estos responden a las señales nerviosas. Esta afección se caracteriza por la debilidad muscular y la fatiga, siendo más pronunciada durante la actividad física. La palabra "miastenia" proviene del griego, donde "mia" significa músculo y "astenia" significa debilidad.
En la miastenia gravis, el sistema inmunológico ataca y debilita los receptores de acetilcolina en la unión neuromuscular, interfiriendo con la transmisión de señales nerviosas y provocando síntomas que afectan la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Qué causa la miastenia gravis? Estas son las causas más comunes
La causa exacta de la miastenia gravis se cree que proviene de un mal funcionamiento del sistema inmunológico.
En condiciones normales, el sistema inmunológico debería proteger el cuerpo contra invasores como virus y bacterias. Sin embargo, en la miastenia gravis, este sistema ataca erróneamente las propias células del cuerpo y los receptores de acetilcolina en las uniones neuromusculares.
Se ha observado una asociación con la presencia de ciertos trastornos tiroideos y otras enfermedades autoinmunes, pero la relación causal no está completamente clara.
Algunas causas comunes son: cansancio, embarazo, enfermedad o infección, cirugía o estrés, y algunos medicamentos como los betabloqueadores, el gluconato de quinidina, el sulfato de quinidina, la quinina (Qualaquin), la fenitoína (Dilantin), ciertos anestésicos
Remedios y tratamientos para la miastenia gravis
Aunque resulta complicado encontrar la cura definitiva de la miastenia gravis, existen diferentes tratamientos destinados a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Entre los enfoques comunes se encuentran:
- Medicamentos anticolinesterásicos: estos fármacos ayudan a mejorar la comunicación entre los nervios y los músculos al aumentar los niveles de acetilcolina. Si bien no curan la enfermedad, pueden aliviar la debilidad muscular.
- Inmunosupresores: se utilizan para reducir la respuesta inmunitaria y minimizar el ataque a los receptores de acetilcolina. Medicamentos como la prednisona pueden ser recetados para ciertos casos.
- Terapia con plasmaféresis: este procedimiento consiste en filtrar la sangre para eliminar los anticuerpos dañinos. Es una opción temporal que puede proporcionar alivio rápido de los síntomas, pero sus efectos son temporales.
- Inmunoglobulina intravenosa (IVIg): se administra por vía intravenosa para proporcionar al cuerpo anticuerpos saludables y ayudar a moderar la respuesta inmunitaria.
- Cirugía: en casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, la extirpación del timo o glándula del timo (timectomía) puede ser recomendada, ya que esta glándula a menudo está asociada con la enfermedad.
¿Cuándo consultar al médico?

La miastenia gravis es una condición médica seria que requiere atención y tratamiento especializados.
Si tienes sospechas de que podrías estar experimentando esta enfermedad, no dudes en consultar a un médico lo antes posible. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la gestión de la miastenia gravis y en la mejora de la calidad de vida.
Si experimentas debilidad muscular persistente, dificultad para respirar o tragar, cambios en la visión y fatiga extrema cuando haces ejercicio, consulta rápidamente con un experto para que valore tu cuadro médico.
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